_
_
_
_

El déficit de caja del Estado se dispara un 48,6% y supera el billón de pesetas

La ejecución del Presupuesto del Estado vuelve a presentar en el primer trimestre del año dos caras muy diferentes. Mientras que el saldo de caja (ingresos menos pagos efectivos) se ha elevado un 48,6% y rebasa ya el billón de pesetas, el de contabilidad nacional (derechos menos obligaciones) apenas alcanza los 56.700 millones de pesetas, el 0,1% del PIB.Esta enorme divergencia responde a los cambios en los criterios contables que se han producido en la contabilidad nacional y que han adjudicado a años anteriores 1,4 billones de pesetas, sobre todo por los intereses de la deuda. El resultado de esta nueva forma de medir el déficit aparece así distorsionado y no permite hacer comparaciones homogéneas con años anteriores.

El saldo de caja es, por ello, el que mejor puede reflejar ahora la evolución del presupuesto. Y el balance es que el saldo negativo entre ingresos y pagos se ha disparado ese 48,6% en el primer trimestre del año y alcanza ya los 1,0001 billones de pesetas, casi la cifra prevista para el conjunto del año (1,0267 billones de pesetas).

La tendencia ha de corregirse en lo que queda de ejercicio para alcanzar ese objetivo, incompatible con el ritmo de aumento de los gastos del 3,4% y la caída del 2,7% en los ingresos registrados durante el primer trimestre.

Por el lado de los ingresos, sólo el buen momento económico con el consumo, las importaciones y los precios de las gasolinas en alza consiguen poner a salvo la despensa del Estado. Tanto es así que en el primer trimestre del año la recaudación por impuestos indirectos (IVA y especiales) rebasa ya en casi un billón de pesetas a la de los directos (renta y sociedades).

La recaudación por IVA ha aumentado un 19% en el primer trimestre y, de ella, la ligada a las importaciones crece nada menos que un 36,3%. Los ingresos por los impuestos especiales, que gravan el consumo de bebidas, tabaco y combustibles, aumenta un 9%. Por el contrario, la recaudación por IRPF -que ha cedido al IVA el primer puesto entre los impuestos que más recaudan- cae un 5,3%.

En los pagos, la tasa de crecimiento del 4,3% se consigue, sobre todo, gracias a un recorte del 8,8% en las inversiones, que asciende al 13,3% en las destinadas a obra civil. También gracias a que los pagos de personal bajan un 4,3% por el traspaso a algunas comunidades autómomas de las competencias en educación, pese a lo cual las transferencias corrientes crecen a una tasa del 9,9%. Los gastos financieros o pagos por intereses de la deuda, apenas se recortan un 1,8%.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_