Extremadura se enchufa al mundo
Felicidad Sánchez enseña con orgullo su página web. En ella, esta artesana que ha superado los 60 años muestra algunos de los productos que fabrica, sobre todo cestas y sombreros de bálago. A través del correo electrónico ha recibido algún pedido y ha contestado "mandando los sombreros por correo, contra reembolso", comenta con voz tenue en el rincón de una habitación de la atestada Casa de la Cultura de Pinofranqueado, un pueblo de las Hurdes extremeñas.En Talarrubia (Badajoz) hasta las cinco monjas clarisas de clausura han salido del convento de Siruela para acercarse a la Casa de la Cultura con la intención de conocer la red. Y también se han quedado atrapadas hasta el punto de haber creado su página web con la que pretenden potenciar la venta de sus dulces típicos, su principal fuente de ingresos.
"Al principio, cuando abrimos hace nueve meses, la gente de cierta edad no venía por aquí o lo hacía con aprensión. Ahora ya no se quieren ir", explican Mari Ángeles y Marivi, monitoras de Pinofranqueado. Hasta el punto de que se ha permitido a los habitantes de las alquerías cercanas al pueblo reservar por teléfono para que al llegar a la Casa de la Cultura no esté la pantalla ocupada.
En menos de nueve meses la sala de ordenadores de Pino, como lo llaman sus habitantes, ha recibido más de 3.200 visitas y las actividades en torno a la red -desde concursos de recetas y de páginas web hasta videoconferencias con Lima pasando por la venta de artesanía- se han convertido en el eje de la vida social del pueblo por el que pasó Luis Buñuel para rodar Tierra sin pan hace 70 años.
Pino fue, junto con otra media docena de pueblos, de los primeros lugares elegidos por la Junta de Extremadura para iniciar, en mayo pasado, su campaña de alfabetización tecnológica, indica Luis Millán Vázquez, consejero de Ciencia y Tecnología. En estos días están abriendo otros 14 nuevos centros, casi todos en pueblos con alcalde socialista, y está previsto que antes de que acabe la legislatura autonómica, en la primavera de 2003, los 365 municipios de la región dispongan de centros gratuitos para "enchufarse al mundo", como reza un cartel del gobierno autonómico.
La alfabetización tecnológica no es más que una faceta, quizá la más visible, de un ambicioso plan para introducir de lleno a Extremadura, la región más pobre de España y la segunda por la cola de la Unión Europea después del Alentejo portugués, en la sociedad de la información. "Nuestro proyecto es de los más innovadores y globales de Europa", no duda en afirmar Millán, "y además está presupuestado y tiene plazos de ejecución". Los fondos proceden en buena medida de la Comisión Europea.
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el presidente de la Junta, empezó hace un par de años a reflexionar sobre qué hacer para que la revolución tecnológica en marcha "no pase una vez más por delante de esta región, como ocurrió con la primera y con la segunda revolución industrial". Acaso había leído al economista francés Pierre-Noël Giraud, que teoriza sobre los efectos de la globalización que "ahonda desigualdades no sólo entre países sino dentro de cada país".
Su respuesta a este reto Rodríguez Ibarra la empezó a dar en la campaña electoral autonómica de 1999 y, tras su reelección, anunció en su discurso de investidura "una apuesta por un modelo de desarrollo basado en la incorporación de Extremadura a la nueva revolución tecnológica".
"En otros lugares más desarrollados quizá no hubiese sido necesario que la administración tomase la delantera pero aquí sí lo hemos hecho para espolear a una sociedad civil y a una clase empresarial con menos capacidad de iniciativa", comenta Millán. "Unos kilómetros de carretera más o menos ya no son vitales para Extremadura pero sí lo es un aula con o sin ordenadores", añade uno de los jóvenes que le asesoran.
Para subirse al tren de las nuevas tecnologías hace falta primero enganchar a toda Extremadura a la red. La Junta lo quiere hacer y pretende además que le salga casi gratis. A finales de enero sacó a concurso la adjudicación de la red de telecomunicaciones, la Intranet regional, a su vez conectada con Internet, que deberá enlazar toda la administración autonómica, todos los centros de enseñanza y, cuando sea transferida a finales de año, la sanidad pública. En total, 2.000 puntos.
Los principales operadores, desde Telefónica hasta Uni2 pasando por el británico BT, y también varios pequeños retiraron en febrero el pliego de condiciones de la licitación, que estipula, entre otras cosas, que dispondrán de 18 meses para desplegar la Intranet en toda la región. A cambio la Junta les ofrece el monopolio de sus comunicaciones, cuya factura anual ronda los 1.000 millones de pesetas, durante al menos cuatro años.
Está por ver si esa cantidad parecerá suficiente a los postulantes a instalar la Intranet de banda ancha en una región de 45.000 kilómetros cuadrados pero con tan sólo algo más de un millón de habitantes y con escaso poder adquisitivo. El director de un bufete que asesora a empresas telefónicas sospecha que "las cuentas no le van a salir a las operadoras y les tendrán que ofrecer más contrapartidas".
La Intranet no es más que el soporte para llevar la alfabetización tecnológica hasta el último rincón de Extremadura. En 2003 debería haber un ordenador conectado por cada dos alumnos, y para que puedan sacarle todo el provecho a la navegación, la Junta, que tiene transferidas desde enero las competencias en educación, ha decidido que entonces la enseñanza del inglés se impartirá a partir de los tres años en lugar de los seis. En Extremadura se buscan profesores de inglés.
En cuanto estén enchufadas a Internet, las escuelas estarán abiertas al público por las tardes y los sábados para descongestionar las pantallas de las Casas de la Cultura. "El objetivo es que desde su domicilio, si poseen un ordenador, o desde los colegios, los ciudadanos con firma electrónica puedan hacer todos sus trámites administrativos con la Junta como tarde en el 2003", señala Carlos Castro, el director general encargado de la puesta en marcha de la sociedad de la información extremeña.
La Intranet debería dinamizar otras dos iniciativas puestas en marcha por la Junta: Vivernet y Feval.com. La primera prevé proporcionar gratis, durante un año y en las principales localidades, un local con ordenador conectado y asesoramiento jurídico y comercial a todo joven que desee montar una empresa. La segunda consiste en poner en pie una plataforma para facilitar a los hombres de negocios extremeños su incorporación al comercio electrónico.
A juzgar por el último Estudio General de Medios, la apuesta está dando sus primeros frutos. Extremadura ha escalado unos puestos y se clasifica novena -el 7,9% de la población entró en la red en el último mes- entre las comunidades de España por el grado de penetración de Internet, por delante de autonomías mucho más prósperas como Navarra, el País Vasco o Canarias.
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