Los vecinos de la Zona Franca se movilizan por la inseguridad de Can Tunis

Los vecinos de la Zona Franca y especialmente los residentes en la avenida de la Mare de Déu del Port están hartos de sufrir las consecuencias de Can Tunis Nou: un reguero constante de toxicómanos que atraviesan el barrio para ir a comprar droga. Después del corte de tráfico de la semana pasada, los vecinos siguen movilizados y para hoy han convocado una asamblea que con toda probabilidad acabará en alguna acción de protesta.

El malestar entre los vecinos comenzó hace algo más de un mes cuando advirtieron que se disparaban los asaltos y robos por el barrio. Personas, tiendas y coches se convirtieron en el blanco de los toxicómanos que, sin dinero, iban a comprar droga a Can Tunis Nou. "El caso es que el barrio está sufriendo un problema serio de inseguridad que, además, se agrava porque en esa zona hay varias escuelas rodeadas de un espacio plagado de jeringuillas", explicaba ayer José Jiménez, de la Asociación de Vecinos de Mare de Déu del Port.Precisamente es esa calle la que utiliza la mayoría de los toxicómanos para acceder a Can Tunis Nou, hasta el punto de que los peatones suelen caminar por la calzada para evitar las aceras, semiocultas por setos, donde pueden ser acorralados con más facilidad. Los conductores de los vehículos también están tomando precauciones al circular por esa zona y es casi instintivo el acto de poner el seguro de las puertas ante el titubeante caminar de los toxicómanos que van por la avenida.

Los vehículos que circulan por la ronda Litoral, sobre todo a la altura de la salida del paseo de la Zona Franca, tampoco se salvan de los sustos ante la repentina irrupción de toxicómanos que cruzan la carretera con un cálculo más que dudoso de la distancia de los vehículos.

El anuncio del gobierno municipal de que pronto se desmantelará Can Tunis Nou tampoco ha calmado los ánimos. "La experiencia del derribo de Can Tunis Vell ha sido clara: los focos de distribución de droga que había allí se han trasladado a otros puntos de la Zona Franca, como un grupo de viviendas de la calle de Altos Hornos o la antigua fábrica Phillips", explican desde la asociación. Tampoco creen que el problema se resuelva con más presencia policial, "aunque ayudaría a prevenir la proliferación de robos". "Algunos sostenemos que es más una cuestión de planteamiento urbanístico y asistencia social", sigue explicando José Jiménez. La idea de instalar una narcosala en la Zona Franca tampoco agrada: "Parece que ese tipo de asistencia tiene que estar distribuido por toda la ciudad y no concentrado en un solo punto".

Los vecinos confiaban en poder discutir el asunto con los responsables municipales en una reunión convocada el viernes de la semana pasada. "Sin embargo, el concejal del distrito, Pere Alcober, no vino y el acto fue un desastre porque no funcionaba la megafonía y no sabemos por qué", cuenta Jiménez. Así las cosas, los ánimos se fueron calentando y los vecinos decidieron cortar el paseo de la Zona Franca.

La reunión con Alcober se llevó a cabo finalmente el pasado miércoles. Pero el resultado del encuentro no agradó a los vecinos: "Nos dijo que la situación se arreglaría porque la Zona Franca cambiará mucho con la ampliación de la Fira y que los actos de protesta no eran convenientes para generar un clima de confianza entre los empresarios y comercios", explicaba ayer Fernando Abad, de la Asociación de Vecinos de Sant Cristòfol. Tampoco agradó a los representantes vecinales la confirmación de la implantación de la narcosala: "Hace unos días nos dijeron lo contrario".

Para los vecinos está claro que sin presión no obtendrán respuestas, y esta tarde celebrarán una asamblea, que se presume multitudinaria, en la plaza de la Marina, junto al paseo de la Zona Franca. Aunque ayer no querían afirmar abiertamente que el acto acabará en manifestación, es muy probable que realicen algún tipo de protesta.