El hombre que vivía todo plenamente JUAN ANTONIO CORBALÁN
Dentro de unos días hará 28 años desde que Antonio Díaz Miguel se fijó en mí para formar parte del equipo nacional. En ese tiempo viví junto a él momentos muy dispares, del rosa del amarillo, vivimos de todo, pero lo vivimos plenamente, como lo hacía Antonio casi todo: cuando comía o cuando hacía régimen, cuando corría para adelgazar, cuando adoptaba una moda de corbatas o gafas. No tenía términos medios y todo lo llevaba al extremo de lo intenso, lo pleno.Llegado este punto, todo lo cuantificaba lo medía, lo llevaba al papel y lo archivaba. Podía tener los pases perdidos hace 17 años o los rebotes que cogió Juanito de la Cruz en su último partido.
Si algo ha echado de menos en estos últimos días ha sido esa intensidad que su debilidad no le permitió.
Antonio fue el primero en introducir el rigor en nuestro baloncesto. Muy amigo de grandes entrenadores americanos, traía las últimas novedades en valoraciones de juego y lo que es peor, nos las explicaba exhaustivamente en charlas que acababan con nosotros
Controlaba los pases perdidos, los porcentajes, las veces que nuestro hombre se iba por la línea de fondo, los vasos de vino que bebíamos. Todo, absolutamente todo, pasaba a su conocimiento a través de las hábiles manos de Manolo Padilla, hombre de paciencia infinita.Su obsesión era entrenar y entrenar y costaba Dios y ayuda sacarle un fin de semana. Afortunadamente, nunca se enteró de que Saporta pactaba de alguna manera la duración de las concentraciones con nosotros y éstas siempre eran cortas para Antonio Díaz Miguel. Saporta le contestaba: "Cuanto más entrenas, peor quedamos clasificados".
Su sistema se basaba en la repetición controlada, no era muy amigo de entrenamientos libres (en esto contrastaba con Lolo). Él me decía que ya sabía que jugábamos muy bien, pero que teníamos que mejorar repitiendo sus conceptos.
Repetir, repetir, repetir es una palabra que no existe, nada se puede repetir: cada cosa, cada persona es única e irrepetible desde el momento en que se le da un nombre. También así es la vida, única e irrepetible, y lamentablemente Antonio ha vivido la suya sin poderla repetir en el vídeo, algo que tanto le gustaba.
Rodeado de baloncesto, moda y ropa, de sus mujeres que le querían y de sus amigos que no le olvidaremos, Antonio se ha ido rápido, tan rápido como un contraataque.
Juan Antonio Corbalán es ex jugador del Real Madrid y de la selección española de baloncesto, con la que ganó la medalla de plata en los JJ OO de 1984.
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