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¿Quiénes son mis padres?

Ramón Lobo

Se abre el plano: aparece un viejecito encorvado dentro de un furgón policial. Se cubre el rostro afilado con un gran pañuelo verde. Sus ojos muestran perplejidad y miedo. Se llama Jorge Rafael Videla y es un asesino.La noche temática, en La 2, dedica hoy (22.50) su espacio al drama de los bebés robados durante la dictadura militar argentina, niños arrancados de sus madres biológicas y entregados en adopción a familias de bien. El reportaje Botín de guerra, de David Blaustein, un desgarrador testimonio de la tragedia, representa un homenaje a las Abuelas de la Plaza de Mayo, esas locas maravillosas que durante más de dos décadas han luchado por restituir la verdad.

De los 500 supuestos bebés desaparecidos, las abuelas han logrado resolver 64 casos. En este extraordinario documento, rebosante de emoción y verdad, hablan por primera vez algunos de esos bebés, ya mayores, que un día se toparon con la brutal noticia de que sus padres no eran tales (para Carla, la nieta española de Sasa, sus progenitores ejercieron de torturadores). Descubrir una identidad, un pasado y una familia asesinada debe ser duro. Lo cuentan con la emoción de sus voces. Como Paula, que al ver por primera vez a su abuela biológica la rechaza. O el de Claudio cuando se topa con su hermano músico. O el de Tatiana y sus lágrimas del no olvido.

¿Cómo no recordar? Hay memorias que no se extinguen. Como la de Alicia, una de las abuelas, que narra su drama: "Los militares detuvieron a mi hijo y me llevaron ante él para que lo reconociera". El chico se encontraba contra un muro, encañonado por los milicos. Ella, pensando en salvarle, dijo no conocer al muchacho. "Creí", dice, "que así le soltarían". Su hijo volvió la cabeza al escuchar su voz. Alicia, 20 años después, aún se tortura: "¿Entendió el porqué o murió pensando que su madre lo negó?".

A Botín de guerra le sigue una película, La amiga, y un reportaje realizado por dos periodistas de TV-3, la cadena autonómica catalana, sobre los españoles desaparecidos en Argentina (Vivos en la memoria). Se trata de una oportunidad para rememorar, para saber que la barbarie no es de otro siglo ni es negra ni tribal; es nuestra y tiene color blanco.

Doce abuelas que se reúnen en la confitería Las Violetas. Doce mujeres arrugadas y rotas que transforman su vida en una lucha por la verdad y la justicia. Su batalla es la nuestra, pues sólo la fortuna, el nacimiento, nos evitó estar en su lugar.

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