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AULAS

La Hispalense colabora en un gran proyecto europeo para prevenir la violencia en las aulas

La Universidad de Sevilla elabora el cuestionario que responderán miles de alumnos de la UE

La violencia escolar en Europa dista mucho, por fortuna, de las dramáticas situaciones que con frecuencia se producen en Estados Unidos. Sin embargo, el interés de la UE por el estudio de sus causas y consecuencias la han llevado a crear un gran proyecto de Prevención de la violencia en las aulas, dotado con 100 millones de pesetas y en el que participan nueve grupos de investigación de cinco países. En España, es la Universidad de Sevilla, con el apoyo de la de Granada, la encargada de crear el cuestionario que miles de niños de la UE deberán responder para analizar la violencia escolar.

El Departamento de Psicología Evolutiva y Educación de la Hispalense se integró dentro del proyecto europeo Nature of prevention of bullyng (Prevención de la violencia en las aulas) por su experiencia de más de 10 años en el desarrollo de instrumentos para estudiar este fenómeno.En los últimos meses, el equipo sevillano dirigido por Rosario Ortega ha desarrollado un modelo de cuestionario que utilizarán los nueve grupos de investigación en una gran encuesta europea. El trabajo de campo en los colegios tratará de determinar, primero, qué es el maltrato y cómo lo perciben los niños y, en segundo lugar, cómo se manifiesta en cada país.

Las 22 preguntas del cuestionario van encaminadas a determinar los tres roles posibles que los alumnos pueden desempeñar en el maltrato: víctima, agresor o testigo.

Primero trata de percibir el clima en el que se desenvuelve el alumno, si tiene o no muchos amigos, si le gusta el colegio. Después explica al encuestado qué es el maltrato, tanto físico como psicológico. Como ejemplo de este último, los investigadores preguntan al niño si ha sido objeto de comentarios desagradables, amenazas, chanzas o motes. Asimismo, si ha sufrido algún tipo de situación que pueda ser catalogada como acoso sexual.

Reacción de la víctima

Los investigadores también están interesados en conocer cómo reacciona la víctima tras ser agredida: ¿qué piensan?, ¿cómo se sienten?, ¿lo denuncian a lo profesores o a sus padres?, ¿cómo resuelven la situación?

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Antes de iniciar el trabajo de campo con este cuestionario, el Departamento de Psicología Evolutiva y Educación ha probado su eficacia en un "pilotaje" realizado en cuatro centros escolares de Sevilla y Granada. "Este instrumento lo hemos desarrollado junto a una universidad inglesa. Es una revisión de las herramientas usadas en los últimos años para el estudio de la violencia escolar y necesita ser probado antes de usarlo definitivamente", explicó la directora del grupo de investigación, Rosario Ortega.

En la realización de esta prueba, la Hispalense ha contado con la colaboración del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada.

El estudio piloto fue realizado en el primer trimestre de 1999 en cuatro centros, dos de la capital sevillana y otros dos de la granadina. En total, el cuestionario fue resuelto por 396 alumnos de enseñanza primaria y secundaria. Los cuatro colegios e institutos eran de carácter público y fueron seleccionados por el nivel sociocultural medio de sus alumnos. Aunque, como explica el proefesor Fernando Justicia, de la Universidad de Granada, "la violencia se da en las aulas de todos los centros, ya sean públicos o privados, independientemente del nivel cultural o económico de los escolares".

Los datos de este sondeo serán publicados próximamente en una revista científica y permitirán conocer la efectividad de la nueva herramienta desarrollada por la Hispalense y, en menor medida, la situación de la violencia en las aulas andaluzas. "Los resultados del estudio obtenidos sólo en los dos centros de Granada pueden ser extrapolables al resto de Andalucía", asegura Justicia. Aunque su compañera, Rosario Ortega, es más cauta y explica que existen estudios que, aunque sean más antiguos, resultan más fiables y completos porque el número de alumnos encuestados es mucho mayor.

Según Ortega, la finalidad del estudio puesto en marcha por la UE es doble, porque además de crear instrumentos de investigación pretende incentivar la formación de investigadores. Este último objetivo se consigue mediante el intercambio de profesores y alumnos. La Universidad de Granada, que participa en el proyecto "de forma marginal", aporta a él a dos becarios.

El estudio sobre Prevención de violencia en las aulas, que se concluirá dentro de dos años, está siendo desarrollado por un total de nueve grupos de investigación pertenecientes a universidades de España, Italia, Alemania, Portugal e Inglaterra.

Un 45% de los escolares se siente maltratado

El pequeño estudio de campo sobre violencia escolar realizado en dos centros de la capital granadina arroja datos de interés, como que el 45% de los alumnos encuestados se han sentido maltratados en alguna ocasión. Esta cifra contrasta con el 30% de escolares víctimas de los malos tratos que estimaba un reciente estudio de ámbito nacional publicado por el Defensor del Pueblo.En opinión del profesor Fernando Justicia, el dato del estudio realizado por las universidades andaluzas quizá sea más fiable que el del Defensor. "La investigación nacional fue realizada sólo en enseñanza secundaria. La nuestra, también en primaria. Y en el curso escolar dónde más violencia se produce es en 4º de primaria", explica.

Según Justicia, es en esta primera etapa, en la que la conducta del niño es más maleable, donde deben centrarse las tareas preventivas.

El profesor considera que la posible erradicación de la violencia en las aulas pasa por el estudio de los perfiles y pautas de comportamiento de los alumnos dentro y fuera de la escuela. Una vez detectado el problema, padres y profesores deben trabajar para solucionarlo.

El tipo de maltrato más común es, precisamente, el menos grave. Los resultados de las encuestas en Granada señalan que las agresiones verbales -como insultos, amenazas o motes- predominan sobre las físicas. Por norma general, las niñas sufren más maltrato que los niños. Los agresores suelen actuar en grupos de dos o tres integrantes y casi siempre en el recreo y en las propias aulas. No dice nada el estudio sobre las salidas de clase.

La mayoría de las víctimas se "sienten mal y tristes". Por el contrario, agresores y testigos tienden a sentir pena por la víctima.

Las reacciones al maltrato son poco variadas. La mayoría dicen que tratan de defenderse. Otros, simplemente, intentan olvidar el problema. Ambas tendencias son más comunes en los niños que en las niñas. Sólo un 20% de las víctimas informan a sus padres de la agresión, frente a un 21% que lo hace a sus amistades, y un 14% que no se lo dice a nadie.

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