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Entrevista:EDUARDO ARAQUEGEÓGRAFO

"Casi nada se ha avanzado en la prevención de fuegos"

Ginés Donaire

,Aprender de los errores del pasado para no volver a tropezar en el futuro. De esta manera podría resumirse el objetivo principal del libro Incendios históricos que ha editado la sede Antonio Machado de Baeza de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en colaboración con el desaparecido Icona, y las universidades de Santiago de Compostela, Autónoma de Madrid y Jaén. El coordinador de la publicación es el profesor de la Universidad jiennense Eduardo Araque Jiménez.Pregunta. ¿Qué importancia histórica han tenido los incendios forestales?

Respuesta. Los incendios fueron un poderoso motor de destrucción de los montes públicos durante todo el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. No obstante, su efecto devastador fue mucho más tibio de lo que es en la actualidad, pues la población que vivía en el medio rural era consciente de que la pérdida de protección que sufrían los suelos después de un incendio los dejaba completamente desprotegidos y a merced de los múltiples desastres naturales y sociales.

P. ¿Qué causas estaban detrás de esos incendios?

R. Las precarias condiciones de vida que se registraban en un medio como el rural que crecía sin parar, empujaron a muchos campesinos a incendiar los montes con el fin de buscar su subsistencia a partir del aprovechamiento de un sinfín de recursos. También influyó, a finales del siglo pasado, el fuerte tirón en la demanda de productos madereros que experimentaron actividades como la minería o la construcción ferroviaria.

P. ¿Quiere decir que había mucha picaresca?

R. Sí, pues para satisfacer esas necesidades, comerciantes sin escrúpulos alentaron, directa o indirectamente, incendios cuyos restos podían incrementar una oferta que se encontraba determinada por las cortas que se efectuaban de forma ordinaria.

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P. ¿Sería fácil descubrir a los autores?

R. No, la posibilidad de descubrir a los incendiarios eran mínimas tanto por el uso de medios muy sofisticados como por el perfecto conocimiento del terreno que demostraban sus autores.

P. ¿Qué lugares de Andalucía han sido históricamente los más castigados por el fuego?

R. La mayor concentración de incendios se ha registrado en el macizo prebético de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el entorno de Doñana y el extremo sur de la provincia de Cádiz. En el caso de Jaén, en el periodo comprendido entre 1874 y 1909 acaparó más de una cuarta parte de los cerca de 2.500 incendios contabilizados en Andalucía y Extremadura.

P. ¿Se ha avanzado mucho en la prevención y extinción del fuego?

R. Casi nada. La mayoría de las medidas actuales ya se utilizaban en el siglo XIX.

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