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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Sombras

El juez del Tribunal Superior de Londres Maurice Kay ha legitimado con términos inequívocos el procedimiento seguido por el ministro británico del Interior, Jack Straw, para interrumpir por razones médicas el proceso judicial de extradición de Pinochet a España. El ex dictador está hoy un poco más cerca de emprender el vuelo de regreso a Chile, aunque Straw haya postergado su decisión final hasta que se cierre la vía de los eventuales recursos.El juez londinense ha sido terminante en su resolución respecto de los argumentos esgrimidos por Amnistía Internacional: "Estoy enteramente conforme con que el ministro ha actuado legal, justa y racionalmente en relación con el proceso de consulta y la no entrega del informe médico". Entiende el magistrado que el procedimiento seguido por Straw ha sido imparcial y que el peritaje independiente que reclama AI es justamente lo que encargó el ministro, y que las conclusiones no son parciales por el solo hecho de que favorezcan los intereses de Pinochet. Otro tanto afirma respecto de las alegaciones presentadas por Bélgica a instancias de un fiscal.

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El juez británico respalda la decisión de Straw de liberar a Pinochet

No deja de señalar el juez británico como un hecho relevante que España -promotora del proceso de extradición- haya decidido no recurrir la decisión preliminar de Straw. Queda alguna mínima duda de lo que habría ocurrido en el caso de que el Gobierno español hubiera tramitado las alegaciones de Garzón. Pero a la luz de los términos que emplea el juez Kay es difícil pensar que el recurso español hubiera logrado modificar las conclusiones. El juez Kay alude al carácter adverso que tiene su resolución para "gente que ha sufrido mucho en la reciente historia de Chile", pero concluye que las alegaciones presentadas no tienen ninguna posibilidad de prosperar en un juicio de revisión, por lo que ha resuelto rechazarlas.

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No es la primera vez que el proceso de extradición de Pinochet sufre un serio revés judicial en el Reino Unido. Cabe recordar que ya fue contraria a los intereses de la justicia española la primera resolución, luego enmendada por el Tribunal de la Cámara de los Lores. Pero en esta ocasión no está en juego una sentencia de los tribunales, sino una decisión política, la del ministro Straw, en el ejercicio de las atribuciones que le otorga la ley británica en los procesos de extradición. De ahí que los eventuales recursos estén relacionados con el procedimiento seguido por Straw, y, en ese punto, la conclusión ha sido tajante.

El Gobierno español invocará sin duda los argumentos del juez Kay para amparar su decisión de no recurrir la sentencia preliminar de Straw. Pero el hecho mismo de no haber cursado las alegaciones de Garzón quedará como una sombra de duda, aun siendo cierto que la actuación de Straw interrumpe en sentido estricto el proceso judicial.

Otra cuestión que sigue centrando la polémica, a pesar de la resolución judicial nítidamente favorable a Straw, es el carácter reservado de los informes médicos. Kay está "totalmente en contra" de su divulgación. Pero el carácter forense que adquieren a los efectos de la decisión del ministro crea una zona gris de imposible resolución. El blindaje judicial del que se ha dotado el ministro del Interior no le exime de toda sospecha si tales informes secretos desembocan en la cada vez más probable liberación de Pinochet.

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