Francia moviliza a 2.000 personas ante la llegada del vertido del 'Erika'
Todo está preparado ante la inminente llegada a las costas francesas del vertido del petrolero Erika, que ha dejado 10.000 toneladas de fuel flotando en el mar y otras 16.000 o 20.000 sumergidas a 120 metros de profundidad en la bodega del barco, partido en dos. El dispositivo incluye varios kilómetros de diques flotantes esperando a ser hinchados, 10 barcos aspiradores luchando contra una capa de fuel de hasta 30 centímetros de espesor, 2.000 personas -militares y civiles- dispuestas para intervenir, decenas de navíos de pesca y militares preparados para servir de segundo frente y desplegar diques, vehículos anfibios, tractores, grupos electrógenos y centenares de cubos y palas.Pasado mañana, día de Navidad, la marea negra vertida por el Erika el pasado día 12 puede alcanzar las costas francesas. Las previsiones meteorológicas repiten que el drama comenzará entre las 12 de la noche y las seis de la mañana, en plena Nochebuena, a oscuras, cuando hará varias horas que se habrá perdido el contacto visual con el fuel flotante, las gigantescas medusas negras que se disponen a dejar su rastro en una costa de vocación turística y pesquera.
La isla de Yeu, que puede ser el primer lugar afectado por la marea negra, es precisamente un lugar que ha querido conservar su encanto prohibiendo edificar en sus costas y declarando no edificable el 60% de su superficie. Otras isla, la de Noirmoutier, queda unida a la costa por seis kilómetros de arena que aparecen y desaparecen según las mareas. Ahora esos kilómetros corren el riesgo de contaminarse.
Desvío del fuel
"En Saint-Nazaire disponemos de un dique móvil de un kilómetro y medio de longitud, como en La Rochelle o en otras poblaciones. Con eso esperamos poder frenar y desviar el fuel hacia las zonas menos delicadas, las que sean más fáciles de limpiar", explica uno de los coordinadores del plan Polmar (Polución Marítima).
Thierry Desmarest, presidente de TotalFina, compañía fletadora del Erika, señala que "es el armador quien posee el barco, quien asegura su gestión náutica y quien se responsabiliza de la polución". TotalFina no es, pues, responsable, "aunque sí se siente concernida". Los pescadores de la región y algunos diputados han pedido un boicoteo masivo a los productos de TotalFina, una medida de efectividad dudosa, ya que en muchas zonas, TotalFina es el único suministrador de combustible, y en otras el boicoteo sólo perjudica a las gasolineras. Entretanto, el capitán del Erika, que había sido detenido el día 15, fue puesto en libertad ayer.
El obispo de Bayona, monseñor Molères, señala en un comunicado que "el espíritu de rapiña violenta cada vez más el mundo del mar", y se refiere a armadores y fletadores como "nuevos negreros que explotan nuevos esclavos", que son los marinos, cuyos sueldos son a veces de tan sólo 4.000 pesetas al mes.
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