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El partido de Ríos Montt impugna las elecciones en Guatemala, a pesar de haberlas ganado

El partido del general Efraín Ríos Montt tendrá que esperar un poco más para alzarse con la presidencia de Guatemala. El candidato del Frente Republicano Guatemalteco (FRG) logró en las elecciones generales del domingo una victoria indiscutible sobre su contrincante del gubernamental Partido de Avanzada Nacional (PAN), pero no el ansiado triunfo en primera vuelta. Conclusión: el FRG anuncia que va a impugnar los resultados en la capital por fraude.

Con el 92% de los votos escrutados, Alfonso Portillo, del FRG, ha obtenido un 47,82% de los votos, seguido del panista Óscar Berger, con un 30%, y de la coalición de izquierda Alianza Nueva Nación, con un 12%. En un intento desesperado por impedir nuevos comicios, el FRG pidió ayer la anulación de las elecciones en la capital. El FRG ha ganado en todos los departamentos del país salvo en la capital, que es determinante, donde el PAN le supera por 5.000 votos.Para poder ganar en primera vuelta se necesita el 50% más uno de los votos válidos. Portillo ha estado cerca, pero el recuento casi definitivo confirma la necesidad de una nueva elección, prevista para el 26 de diciembre.

Los hechos no impidieron que el candidato del FRG se declarase en la mañana de ayer "presidente electo" y anunciara que ya prepara un Gabinete comprometido "con los de abajo". Sin embargo, haciendo un alarde de aparente prudencia, añadió: "Creemos que no habrá segunda vuelta. Pero hay que tener humildad y madurez. Y si quieren otro knock out, también se lo daremos el 26 de diciembre".

La ambigüedad del discurso quedó de manifiesto horas después, cuando el escrutinio puso en evidencia la necesidad de la segunda vuelta. El FRG anunció entonces que impugnaría la votación en la capital. Para entonces, centenares de seguidores de Portillo, arengados por sus dirigentes, habían tomado la sede del Tribunal Supremo Electoral, en una clara maniobra de presión. "Esperamos oír cómo declaran a Portillo presidente", gritaban.

La comparecencia de los magistrados terminó en un zafarrancho, al punto tal que sus señorías se retiraron a toda velocidad, sin atreverse a leer siquiera los porcentajes de los votos. Estos hechos confirman una estrategia articulada por el FRG ya desde antes de la votación del domingo, cuando empezaron a alegar un supuesto fraude informático.

A pesar de su victoria, el partido del general Ríos Montt, que gobernó el país por un golpe de Estado entre 1982 y 1983, no ha perdido ocasión para sembrar la inquietud entre sus seguidores. Nada más cerrarse las urnas, el aspirante a la vicepresidencia, Francisco Reyes, acusó al PAN de haber utilizado los autobuses públicos de la capital para trasladar a sus simpatizantes, y de haber "impedido el voto" a 200.000 personas, algo que, según los expertos electorales, es a todas luces imposible a la luz de los resultados posteriores. Tanto los observadores de la Organización de Estados Americanos como la Unión Europea certificaron ayer la transparencia de los comicios. A pesar de ello, una figura antaño respetada, como Ramiro de León Carpio, ex presidente y ex procurador de derechos humanos, que hace meses sorprendió a la opinión pública al encabezar la lista de diputados del FRG, no dudó en respaldar la denuncia de fraude y en rematar con un siniestro "quizás hasta corra sangre".

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