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Marruecos condena a 15 años de cárcel a 25 personas por los disturbios en el Sáhara

ENVIADO ESPECIALLos tribunales de Marruecos han condenado a 15 años de cárcel a 25 personas, y a 10 años a otra más, por su participación en los disturbios ocurridos en El Aaiún entre los días 27 y 29 de septiembre, según afirmó ayer el ministro de Justicia, Omar Aziman. Añadió que el pachá (una suerte de comisario político, lugarteniente del wali o gobernador), Mohamed Karouani, responsable de la zona norte, ha sido destituido y llamado a Rabat. Además, tres policías están procesados por posible violación de los derechos humanos.

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En cuanto a los 23 saharauis detenidos tras las manifestaciones de este fin de semana, 13 permanecen en prisión acusados de rebelión y otros ocho se encuentran en libertad vigilada. Dos menores de edad han quedado libres.Las declaraciones del ministro fueron efectuadas en el transcurso de una rueda de prensa multitudinaria celebrada en el Palacio de Congresos de El Aaiún. La intención propagandística era evidente. Ante más de 60 periodistas traídos expresamente y con gran misterio esa misma mañana en avión desde Marrakech, comparecieron también los titulares de Economía, Fatohala Walalu; Asuntos Islámicos, Abdelkalar El Alaui; y Asuntos Exteriores, Mohamed Ben Aisa. Estuvo también presente el wali de la región, Allal Saadaoui.

Omar Aziman afirmó que, tras las manifestaciones de saharauis en demanda de mejoras sociales, celebradas a finales de septiembre y salvajemente reprimidas por la policía marroquí con apoyo de colonos traídos del norte de Marruecos, fueron detenidas 30 personas.

Investigación oficial

Sólo cuatro de ellas, una mujer y tres menores, quedaron en libertad. En cuanto a los agentes procesados, dijo: "Está en marcha una investigación para averiguar si ha habido torturas o excesos. Puedo asegurar que si se han producido o si ha habido violación de los derechos humanos, los culpables responderán ante los tribunales".El ministro de Exteriores, Mohamed Ben Aisa, se desmarcó de las declaraciones efectuadas el miércoles por el titular de Interior, Driss Basri, en el sentido de que "el referéndum del Sáhara será aplazado dos o tres años". Ben Aisa afirmó que "esa fue una interpretación personal de Basri sobre unas declaraciones mías, en las que me limité a repetir lo que ha dicho el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en el sentido de que los recursos presentados contra el censo que elabora Naciones Unidas pueden retrasar la consulta".

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Esta matización es un nuevo revés en la cada vez más frágil posición de Basri, que fue indiscutible hombre fuerte durante los últimos años de Hassan II y con el que el nuevo monarca, Mohamed VI, no parece sintonizar en exceso.

Pero tampoco Ben Aisa fue muy preciso respecto a la fecha del referéndum: "El secretario general de la ONU ha valorado la ayuda que le viene prestando Marruecos y nuestra voluntad de llegar hasta el final. Si todo se desarrolla como está previsto en el plan de paz", añadió, "habrá referéndum". Preguntado acerca de la posibilidad de una salida intermedia entre la consulta popular y la guerra, dijo: "Nosotros vamos con el plan de paz. No hay otra puerta abierta ni cerrada. ¿Tercera solución? Yo nunca he oído nada de una tercera solución".

Explicaciones imprecisas

La misma imprecisión mostró respecto a la fecha de las elecciones para el Consejo Consultivo Real, en el que Mohamed VI ha dejado patente su deseo de que haya representantes de todas las tendencias: "La fecha será anunciada pronto, cuando se cumplan los trámites necesarios", dijo.Una de las misiones de los ministros enviados desde Rabat era explicar a los notables de la población saharahui aspectos relacionados con ese Consejo Consultivo. "Os puedo asegurar que las elecciones [para cubrir sus puestos] serán transparentes y honestas", dijo Mohamed Ben Aisa.

El ministro de Economía, Fatohala Walalu, tampoco arrojó luz sobre las demandas sociales que encendieron la mecha de los disturbios de septiembre. Sólo adelantó que su departamento está estudiando esas reivindicaciones y trabajando en posibles medidas para reactivar la agricultura, el comercio y la vivienda.

En El Aaiún hacen falta, según su alcalde, 10.000 nuevas viviendas. Walalu ni siquiera aseguró indemnizaciones para las personas que perdieron sus negocios o sus casas en las refriegas: "La justicia se encargará de determinar eso".

La comitiva ministerial, que había llegado a El Aaiún por la mañana y partió por la tarde hacia Rabat, fue tratada con absoluta indiferencia por la población.

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