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CUMBRE DE TAMPERE

La UE debe finalizar en 3 años las reformas para su ampliación

Alemania da un giro en su estrategia para fijar un calendario de admisión de nuevos socios

ENVIADO ESPECIALAunque la batalla se dará en la cumbre de Helsinki del próximo mes de diciembre, Alemania dejó ayer ver en Tampere (Finlandia) un giro en su estrategia para fijar un calendario para la ampliación de la Unión Europea. La nueva línea de acción apunta a buscar un compromiso para que la UE "esté preparada" el 1 de enero del 2003 para la admisión de nuevos socios.

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Este "consenso emergente", en las palabras del primer ministro finlandés y presidente semestral del Consejo, Paavo Lipponen, se alcanzó en la cena que mantuvieron el viernes por la noche los jefes de Estado y de Gobierno de los Quince, en la que también pasaron revista a la situación internacional. La UE se da así tres años para proceder a las reformas institucionales que permitan que los Quince se conviertan en Veinte o Veinticinco en las próximas décadas.Pese a los esfuerzos del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, alineado con Alemania en el tema del calendario de la ampliación, la resistencia de muchos miembros, entre ellos España, a fijar fechas para la admisión de nuevos socios ha obligado a Alemania a buscar otro camino para alcanzar su fin por la puerta trasera. La nueva fórmula, más flexible y ambigua, no determina que los países aspirantes estén, en esa fecha, en condiciones de firmar el tratado de adhesión, sino que la UE habrá hecho las reformas imprescindibles que no se pudieron pactar -entre otras cosas por la oposición española- durante la negociación del Tratado de Amsterdam. Ese texto fundamental, que refunde los tratados de la UE, entró en vigor el pasado mayo.

Modificación de estructura

El flamante nuevo tratado debe ser modificado, sin embargo, en aspectos tan delicados como la futura estructura de la Comisión Europea, cuántos miembros y de qué forma se eligen, el reparto de votos en el Consejo, verdadero órgano decisorio de la UE, y la reducción del derecho de veto. Con una UE de 20 o más miembros y una ampliación de las decisiones que se adoptan por mayoría, los actuales equilibrios en las relaciones de poder pueden saltar por los aires. Alemania y Francia quieren meter presión a la negociación que comenzará el próximo mes de enero en una conferencia intergubernamental y desean fijar fecha límite para evitar maniobras dilatorias.

La cumbre de Helsinki, prevista para los próximos 10 y 11 de diciembre, formalizará además la invitación a abrir negociaciones de adhesión a otros seis países -Letonia, Lituania, Eslovaquia, Malta, Bulgaria y Rumanía-, que se sumarán así a las negociaciones ya en curso con Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Estonia y Chipre. Los Quince alcanzaron también el acuerdo de considerar a Turquía como país candidato -sin abrir negociaciones de adhesión-, aunque con la condición de que haga un esfuerzo de aquí a diciembre para ganarse ese puesto en la antesala comunitaria.

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El primer ministro holandés, Wim Kok, señaló que existe un consenso total para abrir negociaciones con todos los aspirantes, y apuntó que hay dificultades con Turquía para considerarla como país candidato. Kok se refirió a problemas en "materia de derechos humanos y democracia" que espera que se superen de aquí a diciembre. En todo caso, auguró que a Turquía "le queda un largo camino".

Alemania y el Reino Unido son los principales abogados para que Turquía sea designado país candidato, una forma de corregir la bofetada diplomática que recibió Ankara en diciembre de 1997, cuando su solicitud fue rechazada. Enfrente tienen a Suecia y Grecia, que mantienen reticencias y exigen gestos de buena voluntad de Turquía, aunque se da por seguro que se sumarán al consenso en Helsinki.

Aunque los Quince pasaron revista a los problemas más urgentes de la situación internacional, la única declaración oficial de la cumbre de Tampere se centró en la decisión del Senado estadounidense de rechazar el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares. La UE, en un comunicado oficial, "lamentó profundamente" la decisión de los senadores estadounidenses, que, en su opinión, "envía un mensaje equivocado" a aquellos países que pueden convertirse en potencias nucleares. Tanto el presidente francés, Jacques Chirac, como el primer ministro británico, Tony Blair, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, hicieron, antes de la votación, un llamamiento conjunto a la mayoría republicana del Senado para que apoyara el tratado. La UE, en su comunicado, apeló a todos los países que tienen pendiente su ratificación para que la hagan lo antes posible, y elogió la decisión del presidente estadounidense, Bill Clinton, de luchar políticamente para conseguir vencer la resistencia del Senado.

Aunque de lo tratado en la cena sobre la situación internacional no hubo información oficial, trascendió la preocupación existente en el Consejo Europeo por la situación en los Balcanes, tanto por la deriva independentista de Kosovo como por la precaria situación en Albania. De no cambiar el curso de los acontecimientos, la UE puede verse obligada a tener que hacer nuevos sacrificios económicos para evitar una nueva crisis humanitaria, informaron fuentes diplomáticas.

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