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Entrevista:

LUIS MATEO DÍEZ ESCRITOR "No me interesa nada esa literatura de medio pelo que vende ahora"

Luis Mateo Díez (León, 1942) acaba de publicar La ruina del cielo (Ollero&Ramos), en la que plasma un mundo pasado imaginario protagonizado por seres que están muertos. Sin embargo, su obra no es funeraria ni triste. Por el contrario, el autor asegura que está llena de pasiones tanto como de humor.Pregunta. Su última obra La ruina del cielo recuerda a un censo de muertos. ¿No tiene miedo de que le tilden de oscuro, de funerario?

Respuesta. La novela reconstruye un mundo en trance de desaparición y que sería una metáfora de las culturas rurales. Estamos en el fin de milenio y parece que esa manera de vivir se extingue. Yo he pretendido escribir una fábula donde están muchos seres humanos que pertenecerían a esa cultura y que han muerto. Un médico quiere contar la historia de los que murieron y claro por eso es como un obiturario, pero desde la vida. Pero, no es una novela de muertos, sino de pasiones y de emociones. Pero es verdad que hay algo de canto fúnebre.

P. ¿Cómo se recuerdan esos muertos, desde la nostalgia o desde la alegría por lo que enseñaron y dejaron?

R. El progreso razonable y maravilloso en tantas cosas hace que muchas formas de vivir antiguas se acaben. A mí me parece que hay que mirar el pasado para entender el presente y comprender el futuro. Y eso es lo que quiero con la novela, que sea un espejo de lo que somos y se hace contando las vidas y también las muertes.

P. ¿Cree que hay miedo a hablar de la muerte para simular que no existe?

R. Claro que hay miedo a la muerte porque vivimos en una sociedad en la que todo nos asusta y hay que disfrazarlo. Nos hemos hecho unos meapilas. Lo que puede molestar conviene no decirlo y la muerte es un suceso de enorme trascendencia que a todos nos espera. No soy nada funerario, pero sé que hay que hablar de las cosas claras del ser humano, pero también de las oscuras. Y las novelas, como arte, se deben nutrir de misterios y de emociones de este tipo; por lo menos, eso es lo que yo quiero escribir.

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P. ¿Es una forma de combatir las esperanzas a veces excesivas sobre el destino?

R. Sí. Vivimos en una sociedad que manipula mucho las cosas, trivial, llena de engaños, que se predica fundamentalmente por la notoriedad, el dinero, el éxito. Desde un tipo de literatura moral, a mí me gustan las fábulas morales, hay que hablar de la perdición, de la desgracia, de la pena, de las otras cosas del ser humano. Si no, parece que vamos en un autobús donde nos quieren hacer tontos y estúpidos. Todo debe de ser bonito para que nada sea feo. Y mientras más tontos seamos, más nos van a engañar. El arte tiene la responsabilidad de la lucidez y desde ésta es imprescindible hablar de la muerte.

P. Sus personajes conservan el sentido del humor en la pasión y la melancolía. ¿Se puede hablar de la muerte con ironía?

R. Yo creo que sí. Muchos de mis personajes mueren diciendo "ahí queda eso". Yo apuesto siempre por el humor porque es el atributo de la lucidez humana. Te sirve para relativizar e ironizar. Para ver que todo es ambiguo y un poco mezclado. La ruina del cielo es un libro que tiene un componente humorístico muy fuerte. Estoy seguro de que entre tanto muerto rememorado hay muchas historias que motivarán más que la sonrisa del lector.

P. Esta obra forma parte de una trilogía, junto a la primera El espíritu del Páramo y la que está preparando, El oscurecer.

R. En la primera hay unamirada global, muchas historias. La actual sería el territorio del pasado y la próxima estará contada desde la actualidad, cuando todo parece que se va a apagar, cuando queda el último que va a apagar la bombilla antes de salir de la habitación. Seguro que será una novela más onírica.

R. Parece que El espíritu del Páramo no tiene mucho que ver con el estilo de narrativa que impera en el mercado.

P. En general, en la novela hay una serie de escritores literarios que hacen un reto literario que ahí está y ésa es la verdadera literatura. Y luego la moda lleva a un cierto tipo de historia trivializada, de componentes sociológicos, de lo que nos importa más de la realidad. Yo creo que por ahí se deriva a un tipo de novela de medio pelo, que es la que ahora más se vende, y que está muy lejana a un reto literario. Y eso, no me interesa nada.

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