Profesores y alumnos de ocho países de la UE se reúnen para diseñar asignaturas comunes El miedo a perder la identidad cultural frena la unidad de programas académicos
Mientras la tendencia actual es que cada comunidad autónoma pretende crear su reino de Taifa docente, implantando sus propios programas académicos, hay estudiantes y profesores europeos que reflexionan y se ponen a trabajar juntos. El instituto Néstor Almendros de Tomares (Sevilla) ha sido el lugar de encuentro para docentes y alumnos de ocho países europeos -Bélgica, Finlandia, Suecia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Italia y España. El objetivo más ambicioso de este encuentro es hallar un material pedagógico común que les sirva para programar las mismas asignaturas en todos los países. No es fácil. Tener asignaturas con un currículo común, se le antoja a todos muy complicado. Doménico Loda, profesor de matemáticas en Brescia (Italia), asegura que es "casi imposible". Y lo explica: "Mientras los italianos estudiamos más de 20 siglos de historia, en Finlandia, por ejemplo, hasta finales del siglo pasado no tenían, prácticamente, nada que contar". Josien Arends, profesora holandesa, asiente cuando habla Loda, pero es más optimista. "Los holandeses", dice, "estamos más acostumbrados al mestizaje y a la relación intercultural y no nos parece difícil que la UE salga adelante. El problema es que muchos países tienen miedo a perder la identidad". Qué les une y qué les separa ha sido el motivo del debate celebrado la semana pasada en Sevilla. En él han participado, durante cuatro días, 25 alumnos, entre 16 y 17 años, y otros tantos profesores de los ocho países citados. El profesor José M. Rodríguez, promotor y responsable de estos encuentros en el Néstor Almendros, resume otro objetivo nada desdeñable que sería el telón de fondo del proyecto común: "Se trata de que el alumnado europeo adquiera conciencia de que forma parte de una entidad supranacional". Con esta base seguirán trabajando. Entre sus planes está el de crear la Agenda Europea de los Jóvenes. También se han impuesto profundizar en el Tratado de Amsterdam. Y bajo el epígrafe Europa entre dos milenios, estudiarán aspectos como el del trabajo en la UE, la justicia, la seguridad o la libertad. La Agenda Europea de los Jóvenes, que ya han puesto en marcha, se enriquece, de momento, con dos decálogos: uno recoge lo más positivo de Europa; otro enumera aquello que debe cambiar. Como le ocurre a sus respectivos gobiernos, a estos jóvenes estudiantes les divide el tema del euro. La implantación de la moneda única desata pasiones y anima el debate. El finlandés Mika Hartronen y la española Azahara García, ambos de 17 años, están convencidos de que "la desaparición de las monedas nacionales supondrá una pérdida cultural importante". Azahara cree que "España, sin la peseta, ya no será la misma". En cambio los representantes de Holanda, Bélgica y Alemania, opinan que "el euro va a ser un vínculo fundamental para consolidar la UE". Debate abierto No es una casualidad que estos alumnos y profesores se hayan reunido en Sevilla. Hace ya dos años que el IES Néstor Almendros puso en marcha, bajo los auspicios de la UE, el proyecto educativo Comunica, al que se han incorporado poco a poco los ocho países. Esperan más adhesiones. Primero organizaron un Punto Central de Información (PCI) a la entrada de los institutos participantes. Lo atendían estudiantes voluntarios y les permitía intercambiar, a través de Internet, información entre sus respectivos países. Luego llegó la revista Europartners, desde la que han abordado temas como el medio ambiente o "la doble moral que existe en Europa sobre el consumo de drogas", señala la holandesa Marlyn Groenelvegen, de 16 años. Además, en este tiempo, los participantes han enriquecido el proyecto Comunica con viajes e intercambios. Disponen de una página web (http://pagina.de/nestoralmendros) que les permitirá, no sólo a ellos, sino a todo el alumnado y profesorado de Europa, participar en ese gran debate que inician en este momento sobre el Tratado de Amsterdam y la Europa entre dos milenios.
