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El PP rechaza estar en un Gobierno catalán que no acepte su programa

Rato y Piqué acusan al PSC de ser tan nacionalista como CiU

El PP no participará en ningún Gobierno catalán que no acepte el programa de los populares basado en el catalanismo político y en el bilingüismo. En un acto celebrado ayer en Barcelona, el vicepresidente Rodrigo Rato y el portavoz Josep Piqué marcaron una divisoria respecto de los dos partidos mayoritarios en Cataluña, CiU y PSC. Rato aludió a CiU, afirmando que el PP catalán está muy lejos de la sensibilidad de la Declaración de Barcelona y Piqué acusó al PSC de participar en el consenso nacionalista.

A criterio de Rato, en estas elecciones catalanas "hay quien defiende el catalanismo de siempre y después hay otros nacionalistas, que son CiU y PSC". A partir de este esquema, el vicepresidente retó a los socialistas catalanes a que "no se escondan y a que digan que en los temas nacionalistas son exactamente igual que CiU".El titular de Economía y Hacienda, que ayer clausuró en Barcelona la Unión Interparlamentaria del PP, insistió en que el PP en Cataluña "va a ser más decisivo que lo que ya ha sido para los ciudadanos catalanes". Con la celebración en Cataluña de la asamblea de la Unión Interparlamentaria, el PP ha tratado de crear un clima de mayor optimismo entre sus miembros y simpatizantes con la idea de romper el clima de bipolarización que preside la convocatoria electoral del próximo 17 de octubre. Rato resumió así la posición perseguida por el PP respecto a los dos grandes partidos catalanes: "No estaremos en ningún gobierno de la Generalitat que no respete nuestro programa".

Tras esta manifestación de principios, el vicepresidente lanzó un dardo a los nacionalistas de CiU, que son sus socios de coalición en Madrid: "¿Se acuerda ahora alguien de la Declaración de Barcelona?". El vicepresidente destacó que ahora nadie habla de aquella declaración en favor del reconocimiento efectivo de una España plurinacional, firmada hace algo más de un año por CiU, BNG y PNV. Y añadió: "Pues bien , nosotros no respaldaremos ninguna iniciativa de este tipo, porque ello implicaría estar a favor de la inestabilidad".

En la reunión interparlamentaria popular, Rodrigo Rato y el portavoz y ministro de Industria, Josep Piqué, arroparon al candidato Alberto Fernández Díaz y se sumaron al respaldo general de los asistentes a la dirección del partido conservador en Cataluña.

En su intervención ante los cargos electos del PP, Piqué afirmó: "Somos quien hoy encarna la defensa de los valores del catalanismo histórico y en estas próximas elecciones autonómicas no debemos dejarnos arrebatar banderas como ésta, así como la de ser el partido de la modernidad y el progreso".

Los logros del Ejecutivo

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En diferentes momentos de sus respectivas intervenciones, Piqué y Rato se citaron y trataron de mostrar en público que no existe entre ambos tensión por las diferencias de criterio respecto a cómo atajar la inflación y abordar nuevas medidas liberalizadoras. Piqué utilizó repetidamente los logros de la gestión del Gobierno del PP e indicó que España vive un momento trascendental para llegar a la revolución tecnológica, situando al país en una "apertura al mundo y un progresismo" que es la España que querían los catalanes que "a lo largo del siglo XIX impulsaron la Revolución Gloriosa, la Primera República y que dio lugar al catalanismo político, los que querían una sociedad moderna distinta a la agraria y de privilegios". El ministro catalán considera que nunca el PP debe dejarse arrebatar la herencia histórica catalanista.

El candidato a la presidencia de la Generalitat, Alberto Fernández Díaz, en una intervención más subida de tono, dijo que Pujol lleva muchos meses en campaña gracias a la incertidumbre que mantuvo sobre la disolución del Parlament y atacó al candidato socialista, Pasqual Maragall. Fernández Díaz definió de este modo lo que llama el cóctel Maragall: "Dos partes de PSOE, dos de nacionalistas, una de Esquerra, una Rahola sola, unas gotitas de Filesa y un chorro de excomunistas".

Fernández Díaz anunció cinco compromisos para después del 17 de octubre: defender la Constitución y el Estatuto; no formar gobierno con quien no respete la Constitución; defender el pluralismo social, lingüístico y cultural; y, finalmente, una acción política que ponga el acento en lo social y no únicamente en lo nacionalista. A la asamblea acudió, con retraso, Aleix Vidal-Quadras.

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