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Mario Ruiz Massieu, ex fiscal general de México, se suicida en EEUU

Juan Jesús Aznárez

Perseguido por Estados Unidos y México por su supuesta complicidad con los carteles del narcotráfico, el lavado de dinero, acciones contra la administración de justicia o la corrupción en el ejercicio de cargo público, se suicidó ayer en su apartamento de Nueva Jersey Mario Ruiz Massieu, hermano del secretario general del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1994, José Francisco Ruiz Massieu, asesinado en setiembre de aquel año. Mario Ruiz fue también Subprocurador General de la Repùblica (Fiscalía) durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari (1988-94).La Fiscalía General de la República (PGR) con el Gobierno de Ernesto Zedillo le había acusado de obstaculizar las investigaciones encaminadas a descubrir a los asesinos de su propio hermano. Mario Ruiz afirmó que el asesinato había sido obra de viejos políticos del sistema. Sin embargo, después de un largo y polémico proceso, Raúl Salinas, hermano del expresidente cumple una pena de 26 años y medio de prisión como autor intelectual del mortal atentado perpetrado por un pistolero contra José Francisco Ruis Massieu, casado con Adriana, una hermana de los Salinas de Gortari. Prófugo desde marzo de 1995, Mario Ruiz, 48 años, fue detenido ese año en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) por ingresar en Estados Unidos con miles de dólares no declarados, y sufría arresto domiciliario desde 1996. El 27 de agosto fue acusado por un tribunal de Houston de blanquear 9,9 millones de dólares (1.600 millones de pesetas) procedentes del narcotráfico en el Banco de Comercio de Texas. Su ingreso en prisión era cuestión de tiempo. Afrontaba 25 cargos y había eludido cuatro solicitudes de extradición a México, que le imputaba, entre otros delitos, haberse dejado comprar por los carteles del Golfo y Tijuana.

Sobredosis de antidepresivos

De acuerdo con la primera versión del Departamento de Estado norteamericano, una dosis excesiva de antidepresivos acabó ayer con la vida de un hombre cuya intrincada trayectoria explicaba no pocas de las complejidades políticas y judiciales mexicanas. "Mario Ruiz Massieu era inocente pero desgraciadamente era una persona depresiva, y desafortunadamente tomó esa decisión", declaró su abogado, Javier Olea. El letrado consideró "lógico" el suicidio porque su cliente "temía llegar a prisión". Enemistados los presidentes Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, el ex Subprocurador General de Justicia había conseguido sortear las peticiones de extradición argumentado que en su país sería víctima propiciatoria de una persecución política.

"Ustedes lo saben, los culpables son los mismos que han tenido que ver con la muerte de José Francisco y ahora con la de Mario", denunció Marisela Ruiz Massieu. "No quiero decir más porque no quiero que le sigan pasando cosas a mi familia, que ha pasado por muchas desgracias". Según información incluida en los expedientes judiciales mexicanos, el difunto robó fondos reservados controlados por su oficina antinarcóticos, y acumuló en poco tiempo una fortuna superior a los ocho millones de dólares. De esta cuantía, únicamente un 3,5% corresponde a su salario como Subprocurador General de la República. Mario Ruiz Massieu aseguró en su día que el dinero procedía de los ahorros de familia, los bonos, o actividades particulares.

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