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Terrorismo financiado con robos

La Operación África de 1997 sacó a la luz la amplia infraestructura con la que contaba la célula del GIA desarticulada en el área de Valencia. En total, la Policía descubrió que tenían cinco pisos alquilados y un almacén en Valencia, Alginet, Picassent y Torrent. El jefe superior lo definió entonces como "el grupo islámico más importante descubierto en España", integrado en el "aparato logístico, de propaganda, finanzas y falsificación del GIA". Nueve de los 11 detenidos (con edades comprendidas entre 25 y 35 años) entraron en España ilegalmente o con pasaportes falsos. Los otros dos disfrutaban de su condición de refugiados. La desarticulación del grupo se inició con la detención, el 6 de abril de 1997, de cuatro argelinos que circulaban por la calle de Behring, en el barrio de la Cruz Cubierta de Valencia, en un Mercedes robado unos días antes en Figueres. Durante los cuatro días siguientes, la Policía fue capturando a los siete restantes. En la operación intervinieron dos vehículos, una pistola semiautomática, un revólver, un sable, radiotransmisores, documentos de identidad de siete países y material para falsificar documentación, así como boletines internos del GIA, revistas integristas y el botín de sus robos (televisores, radiocasetes...) con los que financiaban su estancia. "Es un terrorismo pobre", justificó entonces el comisario Martínez.

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