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Olga Korbut denuncia que fue una "esclava sexual" de su entrenador

La campeona olímpica de gimnasia Olga Korbut ha revelado que fue "esclava sexual" de su entrenador, Renald Knish, y que muchas otras gimnastas de la escuela soviética eran obligadas a mantener relaciones sexuales con sus preparadores. Korbut, quien a los 15 años, en 1972, obtuvo para la URSS dos medallas de oro en los Juegos de Múnich, prepara actualmente la publicación de sus memorias.

"La verdad es que muchas gimnastas eran no sólo máquinas deportivas, sino también esclavas sexuales de sus entrenadores. Yo fui una de ellas", declaró la campeona olímpica al diario Komsomólskaya Pravda. Korbut asegura que Knish entrenaba no sólo gimnastas, sino "doncellas para su servicio personal". "El proceso de preparación, en su opinión , concluyó poco antes de los Juegos de 1972, cuando vino a mi cuarto con una botella de coñac y me obligó a beber varias copas. Lo que ocurrió después son recuerdos terribles que me acompañaron durante largos años", cuenta. Entonces, Korbut tenía sólo 15 años y, según sus propias palabras, "dependía terriblemente del entrenador" y también le temía.

"Temía que si la verdad saliese a la luz ésta me aplastaría. Le temía al propio Knish. Me golpeó varias veces. Llegaba a casa con moretones y tenía que mentir y decir que eran producto de caídas en los entrenamientos", añade.

Según la campeona olímpica, años después el entrenador fue procesado por violación, pero el caso fue cerrado por "falta de pruebas". Korbut denuncia también la racanería de los dirigentes deportivos soviéticos, que asignaban a los deportistas que representaban a la URSS en las competiciones internacionales una dieta diaria de sólo 6 dólares. Por si fuera poco, el Comité Estatal para el Deporte pidió a Korbut una de sus medallas de oro para su museo, pero el galardón desapareció sin dejar rastro.

Radicada actualmente en EE UU, Korbut no teme que sus revelaciones afecten a su imagen, al contrario: "Una persona que halla fuerzas para contar este tipo de cosas se gana la simpatía de las gentes". Los escándalos sexuales en el deporte no desaparecieron con la desintegración de la Unión Soviética: el año pasado fue destituido el entrenador del equipo femenino de baloncesto Samara-Basquet, Leónid Okuniev, de 62 años, acusado de acoso sexual.

Durante diez años, Okuniev acosó a sus pupilas, a las que prometía ayuda en su carrera deportiva a cambio de favores sexuales. Una de las jugadoras ha relatado: "Todo comenzó cuando empecé a jugar bien. "Te pondré en el equipo titular si tenemos relaciones sexuales", me propuso y luego agregó: "Es mejor para el equipo, para una mayor compenetración".

En 1995, las jugadoras presentaron una denuncia colectiva contra su entrenador ante el Comité Urbano de Deporte de la ciudad de Samara, pero las autoridades se limitaron a recriminarle a Okuniev su "grosería" y "arbitrariedad". En respuesta, las chicas abandonaron en masa el equipo; y para su sorpresa, los directivos encargaron nuevamente a Okuniev la formación del conjunto de la siguiente temporada. Finalmente, ante las reiteradas denuncias, el entrenador fue separado de su cargo y procesado por acoso sexual y extorsión, pero el caso no llegó a los tribunales: Okuniev resultó favorecido por una amnistía.

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