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Un "zumeta" en el carro de la compra

Maribel Marín Yarza

Eroski no es Sothesby, pero tampoco lo pretende. Entre sus clientes no figuran los coleccionistas millonarios que pujan por el cuadro del autor más cotizado. Desfilan madres y padres de familia en busca de las mejores ofertas para llenar el frigorífico o amueblar la casa sin que su economía doméstica se resienta mucho. No acostumbran a meter una serigrafía en el carro de la compra, pero desde el 15 de junio tienen también esa posibilidad. Y es que, el grupo Eroski se ha propuesto democratizar el arte. A la entrada de sus hipermercados de Bilbondo (Basauri), Artea (Leioa), Max Center (Barakaldo), Garbera (San Sebastián), Mondragón, Pamplona y Vitoria, se han colocado unos puestos, a modo de minigalerías, en que se venden serigrafías originales de una serie limitada de 23 artistas conocidos. Así, los clientes pueden sorprenderse con un zumeta o un ameztoy en su camino a comprar una caja de leche, una docena de huevos o una sartén. La iniciativa nace gracias a la firma de un acuerdo entre Eroski y el centro Arteleku dentro de la campaña Okupgraf 99. Es un primer paso tímido, pero con una vocación ambiciosa: acercar más el arte a la población. En los próximos dos meses, cerca de 300.000 personas se tropezarán sin buscarlo con una sólida obra gráfica en el híper de Garbera, por ejemplo, a un precio asequible. Las serigrafías, cubiertas por plástico retráctil y con un cartón rígido como respaldo para garantizar su correcta conservación, oscilan entre las 9.000 y las 14.000 pesetas. Desde su puesta a la venta el pasado martes se han vendido seis piezas. Las más solicitadas son las de José Luis Zumeta y Dora Salazar, según atestigua la dependienta. Cada serigrafía contiene la información completa de la obra: su numeración y los datos desglosados del autor, junto con su historial artístico. Por el momento, Arteleku ha logrado involucrar en esta iniciativa a un total de 23 autores. En los 20 metros cuadrados que se han dispuesto en el hipermercado de Garbera se exponen obras de Adrián Ferreño, Manu Muniategiandikoetxea, José Ramón Amondarain, Eduardo López, Ana Isabel Román y Azucena Vieites García, entre otros artistas. Los impulsores de esta iniciativa están convencidos de que a partir de estas obras se puede atraer al público al arte y lograr que profundice en un terreno para muchos desconocido. Se trata de que "pasen del vino del año al reserva y luego al gran reserva...", dijo ayer la diputada de Cultura guipuzcoana en funciones, Koruko Aizarna. Un cliente escéptico bromeaba: "Habrá que ver quien se atreve a comprar un cuadro un sábado por la tarde". En los hipermercados no habrá espacio para el silencio y la reflexión. Pero nadie busca hacer la competencia a las galerías, sino complementar su trabajo.

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