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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

La ONU se prepara para asumir el protagonismo en la crisis de Kosovo

La decisión de los países del G-8 de llevar su acuerdo de paz para Kosovo al Consejo de Seguridad fue recibida ayer en la sede de la ONU en Nueva York con alivio y alegría, pero también con cautela. Su secretario general, Kofi Anann, que ha mantenido una presencia activa en el frente diplomático, dio la "bienvenida a las conclusiones" alcanzadas por los ministros de Exteriores del G-8 "sobre los principios generales para una solución política a la crisis de Kosovo". Estas palabras y el anuncio de que nombrará "en breve" a sus enviados especiales para Kosovo reflejan la firme voluntad de la ONU de recuperar y asumir el protagonismo en la búsqueda de una solución negociada al conflicto.

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La alegría y el alivio de Annan, según la nota distribuida por su portavoz, se centra en la decisión del G-8 de acudir al Consejo de Seguridad de la ONU para que sea este organismo el que coloque bajo su autoridad la protección del acuerdo de paz. La cautela, según fuentes diplomáticas, es que aún quedan por resolver asuntos sustanciales para que Belgrado ceda y que China dé su consenso en el Consejo de Seguridad.En la declaración hecha pública ayer se subraya la convicción del secretario general de que el acuerdo del G-8 "es un paso importante en la dirección que él mismo defendió cuando habló a comienzos de esta semana ante el Consejo de Seguridad y reclamó de sus miembros la búsqueda de la necesaria unidad para alcanzar una necesaria solución política".

En medios diplomáticos de las Naciones Unidas se apuntó ayer que, aunque la declaración es un paso muy importante, la necesaria vaguedad de la declaración del G-8 en algunos puntos, y la posición de China, preocupan en algunos medios. Según estas fuentes, el representante chino en el Consejo de Seguridad ha tenido intervenciones muy duras -"auténticas soflamas", en palabras de un diplomático- cuando se ha abordado la crisis de Kosovo. En intervenciones que a veces se prolongaban por encima de los 20 minutos, el embajador chino se extendía sobre los "bombardeos indiscriminados" de la OTAN sin hacer una sola mención al problema de los refugiados.

España, aunque no forma parte en estos momentos del Consejo de Seguridad, apoya las gestiones del secretario general en favor de una salida diplomática y en auxilio de los refugiados kosovares. "La posición de España ha sido siempre leal a la OTAN y a la ONU, cuyo ámbito de actuación es distinto, pero no incompatible", señaló a este diario el embajador español ante Naciones Unidas, Inocencio Arias, que recientemente acompañó a Annan en una visita a Madrid.

El secretario general de la ONU anunció a comienzos de esta semana su intención de enviar una misión a Yugoslavia para analizar las necesidades de ayuda. El subsecretario general para Asuntos Humanitarios, Sergio Vieira de Mello, escribió una carta solicitando permiso a las autoridades Belgrado para la entrada de la misión de la ONU. El Gobierno yugoslavo aceptó anoche la visita de esa misión, según informó anoche un portavoz de Naciones Unidas. Viera de Mello aseguró que representantes de una docena de agencias humanitarias podrán visitar Kosovo durante 10 días.

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La iniciativa de Anann sorprendió en Washington y en Moscú, que no habían sido consultadas, y tiene como objetivo "preparar el terreno para el regreso de los refugiados a Kosovo tras el acuerdo". La irritación contenida de los norteamericanos con Annan se debía a que presuponía la existencia de un acuerdo, e indirectamente, la detención de los bombardeos.

En una conversación con el enviado especial ruso, Víktor Chernomirdin, que pasó por Nueva York tras entrevistarse con Clinton en la Casa Blanca, Annan adelantó que, en su opinión, existía ya el consenso de que la solución al conflicto pasaba por la retirada de las fuerzas yugoslavas de Kosovo, tanto militares como irregulares, el regreso de los refugiados en condiciones de seguridad y en la presencia de una fuerza internacional de paz.

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