_
_
_
_
_
CAOS EN EL TRÁFICO AÉREO

Los controladores afirman que Madrid ha rebajado en un 25% la capacidad de sus sectores aéreos

Vicente G. Olaya

Los controladores aéreos de Madrid aseguran que, agobiados por el exceso de trabajo, han eliminado cuatro de los 15 sectores (cinco de aproximación al aeropuerto de Barajas y 10 de ruta) en los que se divide el cielo sobre la capital. Según fuentes del sindicato de controladores (USCA), el reagrupamiento de estos sectores (cada uno es un trozo de cielo vigilado por tres profesionales), cuyo tráfico ha sido absorbido por otros espacios ya congestionados, está provocando el colapso del espacio aéreo de Madrid. La reorganización está influyendo tanto en los vuelos que se dirigen a Barajas como en los que sobrevuelan la región central. AENA negó ayer estas informaciones y aseguró que "todos los sectores están abiertos". No ofreció más información.Según los responsables de la seguridad de los aviones en el aire, AENA intenta abrir a cualquier precio estos espacios, pero se enfrenta un grave problema: los controladores en activo no pueden hacer más horas extras, tanto por problemas legales como por las propias limitaciones físicas y psicológicas del ser humano.

Más información
Las compañías aéreas europeas critican la falta de infraestructuras adecuadas
Bandazos en la información
El sistema de facturación se averió durante 8 horas y media

El problema es de difícil solución, porque sus causas hunden sus raíces en el anterior convenio colectivo de los 1.400 técnicos en activo, que permitía contratos particulares con condiciones diferentes para cada trabajador.

Hasta enero pasado, según el sindicato de controladores (USCA), todos estos profesionales, que califican su trabajo de agotador, tenían regulado trabajar 15 días al mes (siete horas diarias), aunque para sacar adelante el trabajo, los técnicos del Centro de Control de Torrejón (el cuartel general del control del espacio aéreo de Madrid) podían ampliar su jornada otros 10 días más al mes, siempre que el trabajador consintiera en ello. En total, 25 días de trabajo como máximo. En compensación, se les pagaban 15.000 pesetas por cada hora extra.

Sin embargo, el nuevo convenio, firmado en diciembre pasado por la dirección del USCA, elimina los contratos particulares y establece que todo controlador efectuará una jornada anual de 1.200 horas, además de una prolongación adicional optativa de un día extra y 224 horas. Todo ello implica que cada profesional puede trabajar al mes un máximo de 21 días, lejos aún de los 25 que venían efectuando el año anterior los adscritos a Torrejón.

25 días de trabajo

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Como esta prolongación de jornada resultaba totalmente insuficiente para cubrir las necesidades del servicio, se volvieron a negociar otros tres días más al mes, además de otras 80 horas extras adicionales al año. En total, un máximo de 25 días de trabajo al mes: lo mismo que reflejaba el anterior convenio.

Pero por cuestiones legales AENA ya no podía denominar oficialmente a estas prolongaciones de jornada horas extra, por lo que tuvo que crear la figura de los módulos o grupos de horas extra. Y así lo acordó el pasado día 26 de marzo con la dirección del sindicato profesional. Pero surgió un nuevo problema: con el sistema de módulos se cobraba menos dinero que con el de horas extra.

Los controladores de Madrid, donde se necesitan más horas de trabajo, exigieron un precio superior. AENA accedió, pero reclamó que se abriesen todos los sectores cerrados. La dirección del sindicato, que se encuentra en Barcelona, intentó convencer a la parte madrileña (tanto a los controladores de Torrejón como a los de la torre de control de Barajas) para que aceptasen, pero estos ultimos lo rechazaron: "No es lo mismo trabajar en Barajas que en el aeropuerto de Asturias", arguyeron. Por eso, los técnicos de la torre del aeropuerto madrileño, el núcleo más duro del colectivo, no han ratificado aún el acuerdo de su dirección nacional.

De hecho, en un comunicado interno de los controladores madrileños, fechado el 30 de marzo pasado, se indica: "Se recuerda a todos los afiliados de USCA/Madrid la obligación de respetar la voluntad soberana de nuestra asamblea [local] y, por tanto, el compromiso (...) de no aceptar ninguna propuesta" hasta que se negocie la apertura de los sectores ahora cerrados, disponer de 14 controladores más para el servicio de noche, y "hacer uso de las 80 horas extra contempladas en nuestro convenio para abrir sectores" y si es necesario ampliar el cupo máximo de horas extra que se pueden realizar. A todo este lío, se añade la limitada capacidad física del ser humano. Como no dan abasto a gestionar los aviones que sobrevuelan o aterrizan en Madrid reagruparon los 15 sectores existentes en 11, con el fin de poder abarcar el tráfico existente. Pero pese a que ahora a cada sector, a cada trío de profesionales, correspondían más aviones, Eurocontrol ha seguido aumentando el tráfico sobre Madrid pronto se congestionaron. Surge así un tapón difícil de solucionar, que AENA intenta disolver recuperando controladores prejubilados y formando con rapidez a otros nuevos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_