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El fiscal pide 17 años para un hombre que mató a su ex compañera

El fiscal pide 17 años de cárcel para Cipriano Alberto F. O., de 51 años, al que acusa de matar de una puñalada en el corazón a su ex compañera sentimental, Esther G. L., de 44 años. El suceso se produjo el 19 de junio de 1998 en el número 59 de la calle de la Isla de Oza (Fuencarral). La mujer había convivido con el acusado durante 13 años y se había separado de él dos meses antes del crimen. El móvil del suceso pudo ser una venganza del acusado al sentirse abandonado por su compañera.

El crimen, según el relato del fiscal, ocurrió en el rellano de la escalera de la primera planta del citado inmueble. Cipriano esperó, escondido en la escalera, a que la mujer saliese de la casa para ir al trabajo. Antes de asestarle la cuchillada, bloqueó el ascensor por el que ella iba habitualmente al garaje con el fin de obligarla a bajar por la escalera, y desenroscó los tubos fluorescentes del montacargas para oscurecer la zona. Cuando la chica salió de casa, el acusado, oculto en el rellano de la escalera, le salió al paso y, "de improviso", "la abordó" y le metió en el tórax 17 centímetros de hoja de un machete. Al igual que el fiscal, el abogado de la familia de la víctima considera este crimen un asesinato con el agravante de alevosía (la agresión fue a traición "y de improviso"). La familia de la víctima le pide 18 años de prisión, uno más que el fiscal.

El piso, propiedad de la víctima, lo habían compartido con el acusado, asilado político cubano, y sus dos hijos desde principios de la década. Tras el crimen, fuentes policiales señalaron que la chica, alta, morena y, según sus vecinos, "muy educada", había abandonado al acusado porque tenía la sospecha de que abusaba de una de sus hijas. De hecho, le había presentado una denuncia por ese motivo.

Asilado cubano

El abogado de Cipriano destaca que su cliente conoció a la víctima, también de nacionalidad cubana, en 1985, y que mantuvo con ella una relación sentimental. Se fue a vivir con ella. "La relación entre Esther y mi representado", señala el abogado, "se fue deteriorando [con el tiempo] y ella decidió que mi cliente debía abandonar el domicilio en el que ambos habían convivido durante 13 años". Aquello "le sumió en una profunda depresión". A partir de ese momento comenzó a vivir de la caridad con "una única idea en su mente: el suicidio". Cuando ya tenía madurada la idea de quitarse la vida, Cipriano, según su abogado, "acudió al domicilio de Esther con el propósito de despedirse de ella y sus hijos y para entregarles algunos recuerdos y escritos personales". "Cuando Esther salió [aquel día] de su domicilio", agrega el abogado, "comenzó a gritar al ver a mi cliente en el rellano de la escalera. Cipriano la sujetó por la muñeca derecha intentado, sin éxito, que le escuchara, pero ella siguió gritando sin atender sus razones". Fue entonces cuando Cipriano, "fuera de sí, y bajo un shock emocional, la apuñaló en una región no vital para el organismo. Luego se autolesionó dándose un corte en el cuello y otro en antebrazo derecho". Y gritó para que saliesen los vecinos y auxiliaran a Esther". La policía le detuvo en un hueco que había debajo de las escaleras, "rodeado de un gran charco de sangre".

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