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Musulmanes en tierra de Sant Jordi

A la comunidad musulmana le ha tocado vivir el peor papel dentro del montaje de las fiestas de Alcoy, que empiezan el miércoles. Entender cómo se venera a un santo, Sant Jordi, por liquidar a personas que comparten la creencia en el profeta Alá, no es algo a la altura de la comprensión de cualquiera que profese su fe. Por ello, la recientemente constituida Comunidad Islámica de Alcoy prefiere contemplar las fiestas de Moros y Cristianos como un espectáculo imaginativo. "La Fiesta es una fantasía y hay que tomarla como tal", recalca de manera conciliadora el doctor Farid Abuelbar Eftet, presidente de la congregación. Al igual que en una obra de teatro o en una película el director decide sobre la historia que quiere narrar sin contar con el público, los musulmanes que viven en Alcoy consideran absurdo polemizar o poner el acento en los fallos históricos que envuelven la Fiesta que ha proyectado internacionalmente a la localidad. Es el caso de muchas de las inscripciones que en falsa lengua árabe adornan las carrozas que participan en la entrada o desfile de los moros. Afortunadamente algunos de estos errores han comenzado a resolverse y este año los organizadores han tenido en cuenta el punto de vista de los islámicos. "Ahora ya muchas filaes moras cuentan conmigo para buscar asesoramiento", explica. También por primera vez en la historia el capitán moro, José Figuerola, -que es quien representa al caudillo árabe Al Azraq que, según la leyenda, dirigió el asedio en 1276 a la entonces villa de Alcoy-, se ha dejado orientar por los conocimientos del doctor Farid para organizar su boato. "El artista Rafael Abad Segura nos puso en contacto", recuerda el presidente de la Comunidad Islámica de Alcoy, "me pidieron información acerca de los fundamentos islámicos y árabes que yo les serví con gusto". Farid actuará de anfitrión en el almuerzo entre capitanes moro y cristiano previo a la batalla que enfrentará a ambos bandos el 24 de abril. No es éste el primer contacto que con las fiestas de Alcoy ha tenido este médico que actualmente dirige una clínica de estética que abrió hace ya ocho años en la ciudad. Entre 1988 y 1989 se reunió con cierta asiduidad con festers de la filà Judíos, que es una de las 14 del bando moro. "Los compañeros me llegaron a plantear que me apuntara oficialmente a la filà. La cosa no llegó a cuajar. Además yo soy original de Palestina y en aquella época, en plena revolución, a Arafat no le habría hecho ninguna gracia verme entre los judíos", bromea finalmente. Farid razona que algunos de los fundamentos de la religión islamica, tales como la prohibición de beber alcohol, le mantiene a él y a sus compañeros distantes del ambiente que impera en las filaes. Sin embargo, su espíritu cordial le ha llevado a integrarse hace ya tres años como socio protecto en la filà Cruzados del bando cristiano. Dentro de esta filosofía de apertura Farid recuerda cómo invitó al capitán moro de este año a asistir a la celebración de la fiesta grande del sacrificio, Id Alkabir, que congregó en torno a la mezquita de Alcoy a los islámicos que viven en la ciudad, alrededores y Ontinyent. La puerta abierta a la integración de la congregación islámica a través de las fiestas constituye un paso importante para acabar con el "analfabetismo" que impera en torno al Islam. Éste fue uno de los pilares que llevó al Doctor Farid a fundar la Comunidad Islámica de Alcoy y la asociación Mezquita Al-quds (Jerusalem) que congrega a cerca de 300 personas de Alcoy, Ibi, Banyeres de Mariola, Cocentaina y Villena que comparten la creencia en El Corán. "Los musulmanes tenemos obligación de rezar cinco veces al día y asistir una vez por semana a la mezquita. Para cumplir con la llamada de Al Than (el rezo) era necesario un templo". La consistencia que ha ido cobrando la agrupación de estas personas a las que les une un sentir religioso, y la necesidad de "sentirse como en casa", ha llevado a la formación de un aula de cultura en la que se trata de aminorar ese analfabetismo. "Incluso entre personas de nuestra comunidad existe un desconocimiento del árabe que es la lengua en que está escrito y debe leerse El Corán, nuestro libro sagrado". Las clases están abiertas al público de otras confesiones que por motivos culturales o laborales, quieran aprender la gramática árabe.

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