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Flases fatales

Una norma no escrita de la coexistencia política establece que quien no está conmigo está contra mí. Y pero aún: quien habla con mi enemigo es suspecto de traición. Se trata de una práctica muy generalizada, lo que no atenúa su mezquindad, reveladora al mismo tiempo de la inmadurez democrática y dudosa moral que cunde. Pero está ahí, con plena vigencia, y su aplicación le ha costado el cargo al delegado territorial de la Consejería de Agricultura en Castellón. El destituido caballero tuvo el infortunio de ser sorprendido ¡y fotografiado! pegando la hebra con la consejera dimisionaria, María Àngels Ramón-Llin. Un flas fatal. Poco importa el meollo de las cuitas con su ex jefa y quizá amiga. Lo decisivo es el posible contagio y el aviso para navegantes que se desprende del episodio, a todas luces deprimente e incivil. Cuesta creer que el nuevo consejero, Salvador Ortells, sea responsable del mismo, pero tanto si lo es, como si no, también él ha quedado retratado. ¡Vaya carrerón!

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