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Una exposición en Manresa muestra la etapa más vanguardista de Togores Incluye una pintura jamás expuesta

Existen dos claras etapas diferenciadas en la obra de Josep Togores (Cerdanyola, 1893-Barcelona, 1970). En la primera, desarrolló un trabajo de investigación implicado en las vanguardias de su tiempo. Su segunda fase, mucho más conocida, está vinculada al figuración realista. La Fundación Caixa de Manresa inauguró el viernes en la sala Plana de l"Om de Manresa, la exposición Togores. Del realisme màgic al surrealisme (Obra de 1920 a 1930) que muestra mediante 14 pinturas, una de ellas jamás expuesta, la intensidad y el atrevimiento pictórico en los años en que Togores residió en París. El comisario de la exposición, que podrá visitarse hasta el 25 de abril, es Josep Casamartina. Josep Togores tuvo tras fijar su residencia en París, al finalizar la I Guerra Mundial, un periodo de esplendorosa consideración. Su talante artístico se asociaba a nombres como los de Juan Gris y Picasso. Durante toda la década de los veinte expuso en las principales capitales europeas y en Nueva York de la mano de Daniel-Henry Kahnweiler, para el que realizó cerca de 500 óleos y más de 1.000 dibujos en los 11 años que duró su relación profesional. Esta etapa, marcada por un recorrido diverso por una figuración ligada al noucentisme, por el realismo mágico, por el surrealismo y por casi acariciar la abstracción es la que recoge la exhibición. Este periodo llegó a su fin a principios de los años treinta debido a las consecuencias económicas de la crisis mundial de 1929, época en la que pierde contacto con su marchante y regresa a Barcelona. De vuelta a la realidad catalana, Togores se adaptará al realismo de corte naturalista que impregna los gustos de la burguesía de la época. "Retrato de Teresa" La exposición está dividida en tres apartados. En Realismo mágico (1920-1924), el comisario de la exposición ha localizado entre otras obras Retrato de Teresa, realizado en Banyuls, en 1921 y del que sólo existe la constancia de que ha sido expuesto una vez, en la galería Simon, de París, en 1922. Este cuadro fue localizado en una colección particular de Manresa. En este epígrafe de la exposición también puede contemplarse el Retrato de la señora Kahweiler, de 1921, y que ya pudo contemplarse en la exposición Togores, clasicismo y renovación (obra de 1914 a 1931), celebrada en Museo Nacional Reina Sofía de Madrid en 1997, y en el Museo de Arte Moderno de Barcelona en 1998. En Investigación y eclecticismo (1924-1927), la exposición indaga en el momento en que se produce una crisis en la pintura de Togores y éste necesita buscar de nuevos caminos para encontrar salidas creativas. Se interesa por el cubismo y realiza obras como la que se presenta en la exhibición Joven con mantilla, en la que se observa una clara apuesta por la indagación artística. No existe constancia de que esta obra haya sido expuesta en alguna ocasión. La exposición termina con Aproximación al surrealismo (1928-1930), en donde puede comprobarse un febril Togores a la búsqueda de respuestas. Las circunstancias citadas y al haberse bloqueado el camino al surrealismo, hacen que Togores vuelva a sus comienzos para instalarse definitivamente en ellos.

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