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Aznar pide al PNV que "por el bien de todos" retire la decisión de acoger al exilio kurdo

Javier Casqueiro

José María Aznar puso ayer mucho cuidado en diferenciar el apoyo de su partido y de su Gobierno a las minorías sociales y culturales de diversos pueblos perseguidos, incluidos los kurdos, del amparo a cualquier organización terrorista, como denominó a la Asamblea Kurda en el Exilio, que prevé reunirse en julio en el Parlamento vasco tras haber votado a favor de esta iniciativa el PNV, EH y EA. Aznar despreció esa futura reunión como un "instrumento de propaganda" al servicio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con numerosos atentados y asesinatos a sus espaldas. Y apeló a la "sensatez y responsabilidad" del nacionalismo vasco para que piense "en el bien general de todos" y "retire" la decisión.

Aznar respondió así, en la sesión de control al Ejecutivo, a una pregunta planteada por el diputado de su propio partido Gabriel Cisneros, que ya contenía en su larga y pormenorizada formulación la respuesta del propio Gobierno. El veterano parlamentario empezó por destacar que el PP no es "en absoluto insensible" a los derechos humanos de los kurdos, de los armenios y de otras muchas minorías de cualquier nacionalidad, e incluso se permitió alentar al Gobierno a que continúe en esa línea de trabajo en el seno de la Unión Europea. A continuación pasó a denigrar al PKK, "una organización política terrorista anclada en el estalinismo y con un terrible historial criminal a la espalda". Cisneros hizo responsable al PKK, utilizando datos recabados en diversas ONG, de unos 3.000 asesinatos entre 1991 y 1995, el 85% de los mismos con víctimas entre los propios kurdos, "elegidos por sus ciudadanos como responsables municipales en sus aldeas".Cisneros sirvió en bandeja a Aznar la plataforma parlamentaria para que el presidente lanzase varios avisos al PNV, socio parlamentario de los populares. Cisneros, uno de los padres de la Constitución, instruyó antes a Aznar sobre los artículos de la Carta Magna que pueden impedir la reunión en Vitoria de los kurdos en el exilio: el 149.1 y el 97, que establecen que la competencia de la política exterior es exclusiva del Gobierno.

Liberado el camino e ilustrado sobre la doctrina a seguir, Aznar repitió la posición que el Gobierno ha avanzado en los últimos días. Empleando un tono severo, el presidente apeló de nuevo a la "sensatez y responsabilidad" del partido que lidera Xabier Arzalluz para que "reconduzca, revise y retire" su propuesta de acoger en la Cámara vasca a la autodenominada Asamblea Kurda. Lo pidió "pensando en el bien general de todos" y porque entiende que una "democracia normal" no puede "tener relaciones de ningún tipo con grupos que justifican, amparan o alientan acciones terroristas".

Aznar retomó la acusación al PKK de haber cometido numerosos asesinatos y atentados, "tanto dentro como fuera de Turquía", para destacar que en uno de ellos falleció un español "nacido en el País Vasco". El Gobierno, reafirmó, "hará todo lo posible" para impedir esa asamblea en España de un grupo de 65 personas "que carecen de la más mínima representación democrática, de la más mínima legitimación y que, desde luego, han justificado, cuando no alentado o participado, en acciones y actividades terroristas".

El presidente insistió en esta idea al especificar que los integrantes de la autodenominada Asamblea Kurda "no han sido elegidos democráticamente en ninguno de los Estados en los que existe población kurda", y que partidos de origen kurdo establecidos en Irán o Irak se han negado a colaborar con ese presunto Parlamento.

Los diputados del PNV, socios del Gobierno del PP, aprovecharon la intervención de Cisneros y la posterior respuesta de Aznar para escenificar con su ausencia momentánea del hemiciclo una protesta por el comportamiento que en este asunto ha tenido el Ejecutivo. Jon Zabalia ya había mostrado su indignación por la mañana cuando denunció que el Gobierno había retirado una pregunta suya precisamente sobre esta misma materia alegando que el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, se encuentra fuera de España.

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Zabalia juzgó "inadmisible" este argumento porque tenía conocimiento, como así ocurrió, de que el propio Aznar sí iba a contestar a una pregunta sobre los kurdos en el exilio de un diputado del PP. Zabalia aprovechó para recordar que la posición de apoyo del PNV a los kurdos no es nueva y que se remonta al año 1995, cuando esta minoría se constituyó en el exilio primero en La Haya y luego en Bruselas. El diputado nacionalista comentó que desde entonces en el Parlamento vasco se han aprobado por unanimidad -y por tanto con el voto del PP- nueve resoluciones de respaldo a esta minoría.

En contraste, Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, comentó a RNE que "el Gobierno debe hacer todo lo que esté en su mano, y todo lo que la Constitución le ampara, para impedir que la competencia de política exterior la ejerzan Juan María Atutxa [presidente del Parlamento vasco] o Xabier Arzalluz [presidente del PNV] en lugar de Aznar y Matutes". No obstante, puntualizó, respecto a la detención del líder kurdo Abdalá Ocalan, que él "nunca entregaría a una persona, por muchos delitos que haya cometido, a un país como Turquía, que lo puede matar".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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