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Boinas y pelos "rasta"

Los unos lucen boina y los otros prefieren el pelo rasta. Pero jóvenes y ancianos han aparcado los prejuicios y han decidido no dejarse impresionar fácilmente por la diferencia de edad. Al menos así opinan las 200 personas que han acudido este fin de semana al I Encuentro Intergeneracional que se celebra en el Centro Eurolatinoamericano de Juventud (Ceulaj) en Mollina (Málaga). Las jornadas, organizadas por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en colaboración con la Diputación de esta provincia, tienen como objetivo promover la convivencia y el intercambio de experiencias entre ambas generaciones. Tanto los de la boina como los del pelo rasta aseguran tener mucho que compartir con los del otro bando. Y esta vez no se trata de enfermedades. A Victoria García, una mujer que a sus 76 años dice ser "muy vieja", le gustaría aprender algo "de esas cosas modernas que hay hoy en día", como es el bakalao o la informática. Pero no quiere irse "al otro mundo" sin enseñar algo a los jóvenes: las cosas antiguas que, como el juego de la rueda o los pasodobles, "ya no se estilan ahora". José María Parra, de 24 años, piensa igual que Victoria, a pesar de la diferencia de edad. "De todo el mundo se puede aprender algo. Los mayores nos pueden enseñar algo de su experiencia de vida: la cultura de sus pueblos, las canciones y las historias que han vivido. Nosotros podemos explicarles un poco cómo funciona el mundo hoy", asegura sin pensárselo dos veces. No se trata de que sean iguales, sino de que sean capaces de comprenderse en sus diferencias. "Cada uno tiene sus ideas y cada uno hace lo suyo", asegura Carmen Elena López, de 64 años, que se encarga de dirigir uno de los cinco talleres que sirven de marco de convivencia entre jóvenes y mayores. Y concluye: "Pero así está bien". Antonia Martín, de 17, lo dice de otra forma, pero piensa igual. "Muchas veces la gente cree que es muy difícil que nos relacionemos entre nosotros porque las cosas que hacemos son muy diferentes. Pero en el fondo los dos tenemos muchas ganas de divertirse". Se nota. En el taller de bailes de salón José Pastrana, de 71 años, está dispuesto a mover el esqueleto y hacer algo que no hacía desde hace tiempo; bailar pasodobles. Si se lo piden hasta se animará con algo más sensual: el merengue o "algún baile de ésos de hoy". Pero la diversión no se queda en estos talleres -que incluyen la informática, las manualidades y el cuidado de plantas- sino que van más allá e incluyen: una visita a Antequera y la inauguración del pasado viernes por todo un comité de autoridades institucionales. Amalia Gómez, la secretaria general de Asuntos Sociales, fue la más vitoreada. Antes de darse una vuelta por los talleres dejó las cosas bien claras y se clasificó dentro de los "puretas parque jurásico", pero no dijo su edad. "Se suele decir que ya no existen las relaciones intergeneracionales, pero yo creo que sí. Lo que ocurre es que ha cambiado el modelo y no podemos seguir aplicando el mismo que utilizábamos hace 20 años", aseguró minutos antes de que una mujer de su mismo bando abriera la boca. "En la tele la sacan a usted muy mal. Es mucho más guapa al natural". Y hasta "los yogurines" se echaron a reír.

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