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Alegato del director de EL PAÍS contra el sensacionalismo en la prensa de calidad

Inauguración del nuevo curso académico en la escuela de periodismo UAM/EL PAÍS

El director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, hizo ayer un alegato contra el contagio del sensacionalismo que padece la llamada prensa de calidad y los intereses escondidos detrás de ciertas justificaciones del escándalo como regeneracionismo político. Ceberio expresó estas ideas durante la lección inaugural del curso de la Escuela de Periodismo Universidad Autónoma de Madrid (UAM) / EL PAÍS, que acoge a su decimotercera promoción. Cuando ésta termine, 500 periodistas habrán pasado ya por sus aulas, según recordó el director de la escuela, Joaquín Estefanía.

Presentado por el consejero delegado del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, como un periodista riguroso e "incapaz de soltar un rumor como si fuera una noticia", Ceberio construyó su intervención a modo de reflexión sobre las consecuencias degenerativas que han tenido, para generaciones de periodistas, el "Yo acuso" de Zola o el caso Watergate, de modo que hoy "no hay reportero que se sienta realizado a menos que haya cobrado alguna pieza, sea ministro, alcalde o al menos un concejal de urbanismo".Citó un artículo publicado por Mario Vargas Llosa en EL PAÍS, el 8 de noviembre pasado, en el que este escritor calificaba de "mentira cada vez más pinochesca" que los periódicos tabloides tengan el monopolio de la insidia, la chismografía, la malicia y los escándalos. Pero, a juicio del director de EL PAÍS, la prensa sensacionalista no se alimenta sólo de violencia y sexo; además, en muchos momentos ha sido un instrumento muy activo de la lucha política.

"El regeneracionismo de la vida pública es el último invento al que se acogen los nuevos inquisidores de cualquier bandera", afirmó Ceberio. "Es el fundamentalismo que encuentra García Márquez detrás del proceso contra Clinton, en una reedición del que se manifestó en el juicio de Salem". Y añadió que "detrás del señuelo regeneracionista se esconden a menudo alianzas espurias entre políticos y periodistas; los políticos para conseguir resultados que las urnas les niegan, y los periodistas para alimentar con escándalos las cifras de ventas que el quiosco les rehúsa".

Para el director de EL PAÍS, la raíz de que ese fenómeno penetre en la sociedad está en la banalización lúdica de la cultura imperante, en la que el valor supremo es ahora divertirse, entretenerse; pero también en la hegemonía de la televisión. "Sería cerrar los ojos a la realidad negar que hoy es la televisión la que concentra las mayores audiencias, la que crece en inversiones y empleo, en definitiva quien fija la agenda a escala planetaria. En España sólo el 36% de la población dice leer periódicos con asiduidad, frente a más de un 90% que ve televisión. La lectura de diarios se despacha en media hora, mientras que el consumo medio de televisión supera las tres horas y media".

Pero, si minusvalorar la televisión como fenómeno informativo es una equivocación, "nos volvemos a equivocar cuando tratamos a veces de competir con ella para provocar emociones fuertes en nuestros lectores".

Para Ceberio, la prensa de calidad tiene un papel: "Más información y más creíble sigue siendo la regla de oro con la que podemos hacer frente a esa otra que los programadores norteamericanos de televisión implantaron hace años If it bleeds, it leads (si destila sangre va en cabeza), que en demasiadas ocasiones se nos ha colado de rondón en los periódicos".

Dinero, sangre, sexo

En todo caso, dinero, sangre y sexo son tres ingredientes que desde siempre han formado parte del cóctel informativo que fabrican también los periódicos "y no seré yo quien se rasgue las vestiduras", precisó el conferenciante. "Pero las dosis se han alterado de tal forma que el brebaje empieza a tener distinto sabor y a provocar un cierto rechazo del público" Al final "siempre nos quedará un Gabriel García Márquez que será imbatible", afirmó Ceberio como colofón de su alegato.Jesús de Polanco, presidente de PRISA y copatrono de la Fundación UAM / EL PAÍS, agradeció la conferencia y elogió la labor desarrollada por dicha institución, de la que ahora se hace cargo, como director, el ex rector de la UAM, Cayetano López. Desde fuera del periodismo, el actual rector, Raúl Villar, también copatrono de la fundación, valoró la valentía demostrada por el conferenciante y la importancia de contar con esta escuela entre los cursos de postgrado y especialización de la universidad.

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