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Seis de cada diez personas que quieren acceder a su primer piso no pueden pagar más de 12 millones Las familias que buscan vivienda tendrían que dedicar la mitad de sus ingresos a la hipoteca

La necesidad de vivienda en Euskadi está en las antípodas de la oferta. El desajuste se hace más patente cuando se comparan los precios de los pisos que hay en el mercado con la capacidad de pago de los que buscan su primer piso o los que quieren cambiar de residencia. Seis de cada diez familias que quieren acceder a su primer piso (44.000 en todo el País Vasco) no pueden pagar más de 12 millones de pesetas. Por lo tanto, en el caso de que pudieran comprar un piso, tendrían que dedicar casi la mitad de sus ingresos anuales al pago de la hipoteca.

El precio medio de las viviendas libres (usadas y nuevas) asciende en el País Vasco a 22,6 millones. Así, sólo los pisos protegidos tienen precios asequibles (el 92% de las mismas no supera los 12 millones), pero el problema está en que la capacidad del Gobierno de construir viviendas de estas características queda muy lejos de atender la demanda: menos de 900 viviendas en oferta. El último informe del Gobierno sobre necesidad y demanda de vivienda en el País Vasco, al que ha tenido acceso este periódico, detecta una importante expansión en las necesidades de cambio y de acceso a vivienda en los hogares vascos. Así, 48.000 familias (un 7,13% del total de Euskadi) quieren mudarse de piso frente a las 28.000 (4,42%) que tenían esta pretensión hace dos años. Mientras, el número de las que pretenden acceder a su primera vivienda suben en 11.000. El perfil socioeconómico de los necesitados de vivienda revela rasgos básicamente estables en relación al estudio anterior. En los casos de cambio, el cabeza de familia tiene una edad media de 46 años, el reducido tamaño de la vivienda ocupada es lo que empuja a variar y sus ingresos mensuales son de 168.000 pesetas (un 8% más que en 1996). De esta forma, podrían asumir un precio medio de 13 millones de pesetas y destinar al pago mensual de la hipoteca 49.000 pesetas (el 30% de sus ingresos). Entre los necesitados de acceso predominan lógicamente los jóvenes: 27 años de media. La mayoría se encuentra trabajando en empleos temporales. La demanda de este colectivo, según el informe, es más consistente que la de los que desean cambiar, en la medida en que responde a exigencias reales como la necesidad de una vivienda para casarse o independizarse y no está en función de impresiones subjetivas como la mejora de las perspectivas económicas o la adecuación de la vivienda actual. Los ingresos mensuales de este colectivo ascienden a 159.000 pesetas; seis de cada diez familias sólo podrían pagar un máximo de 12 millones y entre amortización e intereses tendrían que dedicar 65.000 pesetas (el 41% de sus ingresos netos). Por capitales, en Bilbao se concentra el 40,4% de las personas que quieren acceder a un piso, en San Sebastián está el 25,5% y en Vitoria el 13,4%. Les siguen a continuación Durango (3,6%), Gernika (3,1%) y Bergara (2,8%). El crédito es la principal vía de financiación de la compra de vivienda (90% de los casos), con un importe medio que se estima en un 45% del precio para los necesitados de cambio y un 70% para los de acceso, entre los que "aumenta de modo apreciable tanto el recurso al préstamo, como la cuantía prevista del mismo", indica el estudio. Teniendo en cuenta que las viviendas en venta tienen precios fuera del alcance de la mayoría de los necesitados, la solución podría venir por el alquiler. Sin embargo, no llega ni al 1% los alquileres inferiores a 40.000 pesetas al mes que existen en el mercado vasco, según constata el Gobierno. A pesar de que los créditos están más baratos que nunca y de que el Departamento de Vivienda que dirige Patxi Ormazabal (EA) ha duplicado la construcción de casas sociales respecto a la legislatura anterior (se han edificado 7.124 frente a las 4.500 de la etapa precedente), los precios de las viviendas libres (que son los pisos a los que acuden la mayoría de los ciudadanos que quieren una casa en propiedad) se han disparado hasta situar a las capitales vascas como las más caras de España junto a Barcelona y Madrid. Por otra parte, un 16,12% de los hogares vascos (109.000 viviendas) reclama algún tipo de rehabilitación. "Las necesidades de rehabilitación", especifica el informe, "surgen en hogares con personas de más edad, en muchos casos jubilados. Además, el deseo de rehabilitar la vivienda responde más a una insatisfacción con elementos puntuales de la misma que a una descalificación global de su estado o de sus características".

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