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Un instante de verdad

Ferran Bono

Las fotografías de Frank Horvat se han publicado en las mejores revistas de moda del mundo durante las décadas de los cincuenta y sesenta. Con anterioridad había sido reportero gráfico. Pero fueron las innovaciones que introdujo en las imágenes de la moda, en su busqueda de una mayor espontaneidad a través del uso de cámaras más ligeras que las habituales de estudio y de otras técnicas, las que le proporcionaron una gran reputación. Su estilo creó escuela, como reconoció ayer el propio fotógrafo nacido en una pequeña localidad italiana del Adriático en 1928. "Han imitado mi estilo por una razón sencilla: la técnica es fácil de imitar", comentó bajo las recreaciones pictóricas que forman las fotografías de la exposición Apariencias verdaderas, que ayer se inauguró en la sede del Instituto Francés de Valencia. A sus 70 años no deja de experimentar. El mundo de la moda hace muchos años que lo abandonó y ahora está indagando en la posibilidades creativas de la informática y de las imágenes numéricas y digitales. Esta tarde realizará una exhibición en la sede de la Fundación Bancaixa de Valencia sobre la fotografía digital. Mañana asistirá a la inauguración de la exposición 51 fotografías, blanco y negro que acogerá la sala y librería Railowsky. Las dos muestras y la conferencia, organizadas por el Instituto Francés, serán, sin duda, una buena oportunidad de conocer la trayectoria artística de este fotógrafo residente en París, que igual ha retratado gentes anónimas de Calcuta, Río de Janeiro, París o Milán, que conocidas personalidades del mundo de la moda o del arte. En Apariencias verdaderas, su propósito ha sido adoptar un método "diametralmente opuesto" a la tendencia del reportaje fotográfico actual, que le parece "cada vez más, como un modo de hurgar en lo verdadero para llegar a lo falso", apunta en un texto referente a esta exposición que recoge fotografías realizadas en la primera mitad de los ochenta. En consecuencia, Horvat planteó "una puesta en escena artificial y totalmente forzada con la esperanza de que este camino indirecto" le lleve a "un instante de verdad". Así, se puede ver una recreación de la Maja desnuda de Goya, por ejemplo, entre otras interpretaciones pictóricas alejadas de lo que hubiera sido su propósito inicial: realizar un reportaje más convencional sumergiéndose durante días o semanas en la vida de la modelo, para "captar cada gesto y cada variación de luz". Y es que, explica Horvat en el mismo texto, las caras que le atraen, esos rostros de los cuales su mirada gusta detenerse, incluso "más tiempo del permitido por el decoro", dice que rara vez se parecen a las que le piden "que fotografíe para las revistas". Al fotografiar a las que le gusta mirar, busca "la síntesis" de todas sus "miradas indiscretas" y una expresión en la que cree reconocer la verdad de su retrato. Sobre la nueva era digital, Horvat destaca dos ventajas de la informática: su capacidad técnica para conservar y "retocar" imágenes y sus virtudes creativas. Asegura que en tres o cuatro años las cámaras digitales sustituirán a las actuales, aunque de momento él mismo no emplea ninguna por su elevado peso y su defectuosa calidad de imagen. Aprovecha la tecnología del tratamiento digital de las imágenes porque constituye un terreno propicio para la experimentación. "Antes la moda se hacía para una minoría, pero ahora la moda es mayoritaria y todo el mundo experimenta en las fotografías, por lo que se ha caído en una especie de experimentación rutinaria". Horvat dice desconocer a los fotógrafos de moda de la actualidad, pero añade que sí conoce a grandes reporteros, entre los cuales destaca a la española Cristina García Rodero.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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