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Moceanu conquista la independencia

Los padres de la gimnasta estadounidense, de 17 años, renuncian a sus prerrogativas

No hubo necesidad de que un juez dictara una sentencia que habría sentado jurisprudencia en el terreno deportivo: los padres de Dominique Moceanu, la joven gimnasta de 17 años que huyó de casa y solicitó ser declarada mayor de edad antes de tiempo, arrojaron la toalla y ahorraron al mundo más batalla legal al conceder sus demandas a su hija, que ya es independiente legal y financieramente. El desenlace, feliz para la campeona olímpica, supone también una buena noticia para el mundo del deporte: empieza a haber respuestas al espinoso asunto de la protección de los deportistas jóvenes, ricos y famosos.Moceanu, estadounidense hija de inmigrantes rumanos en Texas, se escapó de su casa hace 10 días después de acusar a sus padres de robarle su infancia al obligarla a ser una gimnasta antes que nada y también de explotarla económicamente desde que tiene 10 años y de vivir a su costa. No se ha hecho pública la cantidad de dinero reclamada, pero se calcula que el año pasado la campeona olímpica en Atlanta 96, que gana dinero con la gimnasia desde los 10 años, ingresó medio millón de dólares (unos 70 millones de pesetas).

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En manos de padres y entrenadores

Sus padres, Dumitru y Camelia, alegaron que el dinero se lo habían gastado en construirle un gimnasio a su hija y en comprarle coches lujosos y decorar su habitación. Asimismo, acusaron a los amigos de su hija, incluida su nueva entrenadora, Luminita Miscenco, de haberle comido el cerebro a su hija y de convencerla de presentar la demanda judicial. "Lo que hemos leído en esas alegaciones no tiene nada que ver con nuestra hija", dijo Dumitru a los periodistas.

Pero fue su hija la que confesó en el Houston Chronicle el miércoles pasado: "Nunca he tenido niñez. Vivo en el miedo permanente de los gritos de mis padres. Mi padre me ha pegado un par de veces. A veces pensé en decirles: "¿No podéis intentar ser simplemente papá y mamá en lugar de ser yo vuestro negocio?" Sus confesiones dieron la vuelta al mundo.

Sus amigos relataron cómo Dominique había empezado a preocuparse por su situación económica hace más de un año y que incluso se había ido de casa para entrenarse en Dallas, pero que su padre la obligó a regresar al hogar. Su agente informó de que la había dejado como cliente porque estaba preocupado por lo que sucedía con su dinero.

Ninguna autoridad deportiva ha sabido hasta el momento tratar el problema de la explotación infantil de los deportistas-niños, como reconoce el presidente de la federación estadounidense de gimnasia, Bob Colarossi. "No tenemos en marcha ningún programa para educar a los gimnastas en la protección de sus ingresos porque la mayor parte les llegan de fuera del deporte".

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