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Reportaje:

El riesgo de usar dopantes: del infarto de miocardio a la pérdida de potencia sexual

Hormona del crecimiento y testosterona figuran entre las sustancias más utilizadas

Milagros Pérez Oliva

En muchos gimnasios y campos de entrenamiento, la imagen de la espléndida Florens Griffith se ha teñido de sombras. Aun cuando no ha sido demostrado que la muerte de la atleta norteamericana, la mujer que ha corrido más velozmente de toda la historia deportiva, esté relacionada directamente con la ingestión de sustancias dopantes, su muerte ha abierto de nuevo la polémica sobre los riesgos a largo plazo de unas sustancias que se usan a escondidas y muchas veces sin ningún criterio médico. El viernes, la policía autonómica catalana detuvo en Palamós (Girona) a dos jóvenes practicantes del culturismo con más de 200 dosis de derivados de la testosterona fabricados en Portugal y una gran cantidad de otro anabolizante sin marca producido en Rusia.Las que siguen son algunas de las sustancias más utilizadas y los riesgos que corren quienes las toman, especialmente si lo hacen de forma incontrolada, a partir de las explicaciones y la documentación aportada por Magí Farré, del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona.

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Anabolizantes androgénicos. El grupo de los esteroides anabolizantes está formado por derivados de la testosterona, la hormona sexual masculina. Son muy utilizados en los gimnasios y no sólo por deportistas, sino por quienes hacen culturismo o tienen profesiones relacionadas con la ostentación de la fuerza, como porteros de discoteca o vigilantes. También se ha observado un uso creciente entre los jóvenes. Lo que no saben muchos de sus usuarios es que la testosterona, la hormona sexual masculina, aumenta su musculatura pero disminuye el tamaño de su aparato genital. Y su potencia sexual. Y el número de espermatozoides.

La explicación es simple: el sistema endocrino, que produce naturalmente testosterona, tiene un mecanismo de autorregulación; cuando observa que hay suficiente cantidad de esta hormona, reduce la producción propia, y ello causa la disminución de la fecundidad. La testosterona artificial es la sustancia de base de los anticonceptivos masculinos que se están investigando. Si la toman mujeres, rápidamente presentan signos de virilización: hirsutismo. Diversos estudios han demostrado que esta droga aumenta también la agresividad, aunque no se conoce por qué mecanismo. Origina también un aumento de lípidos en la sangre. Incrementa los triglicéridos y también el colesterol malo. Por eso pueden provocar riesgo cardiovascular.

Clenbuterol. Este anabolizante Beta-2 agonista es conocido por su uso clandestino en el engorde de animales. Como medicamento se utiliza en el tratamiento del asma. Pero también se usa como dopante porque actúa sobre los receptores androgénicos y estimula la formación de musculatura. Se desconoce el efecto a largo plazo del consumo continuado en dosis bajas, pero en dosis excesivas puede ocasionar taquicardia, alteraciones nerviosas, insomnio, ansiedad, jaqueca y aumento de la presión arterial. Un ejemplo del potencial dañino de esta sustancia: 169 personas de varias comarcas catalanas sufrieron estos síntomas en 1992 al resultar intoxicadas por haber comido carne de terneras que habían sido tratadas con grandes dosis de esta sustancia. Tres ganaderos fueron juzgados por ello.

Eritroproteina. Se trata de una hormona natural que incrementa el número de hematíes en la sangre y se usa como tratamiento de la insuficiencia renal crónica y la anemia severa. Su uso como dopante se disparó al ser producida por biotecnología. Se toma para tener más glóbulos rojos y aumentar así el aporte de oxígeno a las células, lo que permite obtener un mejor rendimiento del músculo.

Al tratarse de una sustancia natural, no deja rastro, pero incrementa la proporción de hematocritos en la sangre. Lo normal es que haya el 55% de suero y el 45% de hematocritos. Cuando éstos superan el 50% se sospecha que hay dopaje. Por superar ese porcentaje fueron expulsados hace unas semanas de la Vuelta Ciclista a España dos ciclistas.

Al aumentar la proporción de hematíes, la sangre se espesa y ello puede causar graves problemas a personas que tengan las arterias afectadas por depósitos de ateroma o padezcan algún defecto vascular congénito. Pueden sufrir infarto y derrame cerebral. También puede producir reacciones alérgicas.

Hormona del crecimiento. Desde que se ha obtenido por biotecnología ha sido usada clandestinamente como dopante. Tiene un efecto similar a los anabolizantes: aumenta la musculatura y, por tanto, la fuerza. El abuso de esta hormona puede producir acromegalia y en los adolescentes puede desencadenar un cuadro diabético. La hormona, en cantidades excesivas, origina resistencia a la insulina y aumento de la glucosa en la sangre.

Corticosteroides. Son sustancias que el organismo segrega de forma natural. En su forma farmacológica se utilizan como antiinflamatorios. Algunos deportistas los toman, inyectados, en tabletas o inhalados, para contrarrestar más rápidamente los efectos de una lesión o una contractura muscular, pero su uso prolongado suele producir una sensación de euforia y bienestar, de modo que algunos siguen tomándolos como dopante.

En medicina se usan para tratar el asma, la artritis reumatoide y los procesos inflamatorios. Los especialistas que los recetan aconsejan no hacer un uso demasiado prolongado porque pueden producir una desregulación del sistema endocrino.Como ocurre con la testosterona, en dosis excesivas o prolongadas altera la producción endógena de cortisol. Aumenta la presión arterial y puede provocar acné, úlceras pépticas, osteoporosis y diabetes.

Betabloqueantes. Entre ellos se encuentran sustancias como el acebutolol o el atenolol. Se utilizan como tratamiento de las afecciones coronarias y la hipertensión arterial. Estos medicamentos reducen el ritmo cardiaco, de modo que con menos esfuerzo se obtiene mayor rendimiento. También tiene un efecto relajante; por eso es utilizado para la práctica de deportes que requieren concentración y precisión. Un uso inadecuado de estos medicamentos puede producir bradicardias y alterar gravemente la función cardíaca.

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