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EL 'CASO LEWINSKY'

El Congreso de EEUU hace públicas más pruebas contra el presidente

La prensa tenía toda la razón del mundo cuando el pasado invierno, en la primera fase del caso Lewinsky, informó sobre la existencia de un vestido marinerito azul de la becaria manchado con el semen del presidente de EEUU. Desde ayer todo el mundo puede ver -en foto, eso sí- el vestido que Monica Lewinsky guardó sin lavar por mitomanía, voluntad de probar su relación con Clinton, propósitos chantajistas o lo que fuera. Y desde la presentación al Congreso del informe Starr se sabe que el semen era de Clinton.

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La foto del vestido azul que, según confirmaron ya los laboratorios del FBI tenía manchas de semen del presidente, fue uno de los numerosos documentos y pruebas del caso que, junto con el vídeo con la declaración de Clinton, hizo públicos ayer el Congreso de Estados Unidos.Otras pruebas incluyen fotos hasta ahora desconocidas que muestran juntos al presidente y la becaria en la Casa Blanca; fotos de algunos de los regalos que intercambiaron los amantes a lo largo de sus dos años de relaciones; copias de los muchos mensajes electrónicos que la becaria enviaba a sus amigos confesándoles el gran deseo sexual que le provocaba el presidente, y cartas de los abogados del presidente de Estados Unidos al fiscal especial Kenneth Starr en las que éstos se niegan a que preste voluntariamente testimonio ante el gran jurado.

Entre las 2.800 páginas de textos desclasificadas ayer figura la larga declaración de Lewinsky al gran jurado.

La becaria cuenta que en la mayoría de los casos ella le hacía rápidas felaciones al presidente mientras que él no la correspondía sexualmente, e incluso sostenía conversaciones telefónicas.

Pero en una ocasión, Bill Clinton, según Monica Lewinsky, le desabrochó el vestido y el sujetador, le besó y le tocó los pechos, le tocó los genitales y le provocó un orgasmo. El presidente, por su parte, niega en la declaración ante el gran jurado difundida ayer haber tocado jamás a la joven con el propósito de excitarla o gratificarla sexualmente.

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