Un estudio confirma el "estancamiento" histórico del mapa electoral vasco
Si los partidos políticos creyeran punto por punto las tesis del catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto José Ignacio Ruiz de Olabuénaga, ninguno haría campaña electoral. Ruiz de Olabuénaga presentó ayer un estudio académico sobre el comportamiento de los vascos ante las urnas. Mediante el análisis de los resultados electorales, previos y posteriores al franquismo, el catedrático concluye que los electores del País Vasco votan por fidelidad. Aseguró que, pese al esfuerzo de los políticos, tampoco el 25-O habrá sorpresas.
Ruiz de Olabuénaga fue respondió de modo contundente a la pregunta de si puede haber cambios en las elecciones autonómicas del 25 de octubre: "No los puede haber. No los ha habido en los últimos 20 años... Andamos siempre con decimales. Y los repartos se vuelven a repetir sustancialmente", aseguró en referencia a las pequeñas variaciones en el porcentaje de votos que han obtenido los principales partidos del País Vasco en los comicios celebrados desde el fin de la dictadura. "A través de este estudio se puede intuir que lo que incide en estos resultados no son las campañas, los líderes políticos o los programas concretos, sino que aquí hay una especie de fidelidad, identificación [con un partido], raigambre social". A juicio de Ruiz de Olabuénaga esa identificación es la responsable de que los resultados de los comicios se repitan con escasas variaciones. El estudio Sociología electoral vasca ha sido elaborado por Ruiz de Olabuénaga, Trinidad Vicente y Eduardo Ruiz Vieytez. Como punto de partida, los investigadores tomaron los resultados oficiales de todas las elecciones celebradas en Euskadi desde el fin de la dictadura y algunas previas a la guerra civil. Entre sus conclusiones destaca que el entorno social de los pueblos de Euskadi es el factor "más decisivo" cuando los electores se acercan a las urnas. Viene de lejos El catedrático explicó que esta continuidad viene de lejos, de antes del franquismo. Según dijo, la respuesta de los vascos ante las urnas en las elecciones celebradas antes de 1936 y en las de 1977, las primeras tras recuperar la democracia, fue casi idéntica. "Los sufragios de 1936, de 1977 y de 1996 [las últimas generales]" perfilan "un idéntico panorama político". Este hecho viene a confirmar, según el sociólogo y su equipo, que si no media un terremoto en la sociedad vasca, el reparto del pastel electoral no deparará grandes novedades en muchos años. "Después del seísmo que fue la Guerra Civil, difícilmente se puede prever otro seísmo mayor. En consecuencia, no veo grandes posibilidades de cambio", declaró, por lo que se permitió enviar una recomendación a los partidos: "El cálculo de diálogos políticos tiene que tener en cuenta este aspecto". A ju juicio, tampoco las alianzas entre siglas modificarán el panorama actual. Ruiz de Olabuénaga sentenció incluso que "no va a haber conversiones, ni individuales, ni colectivas, porque para eso tendría que haber conversiones políticas, económicas, políticas". Sociología electoral vasca ha confirmado también que, pese a la alta participación de los habitantes de Euskadi en movimientos cívicos, sociales o manifestaciones públicas, a la hora de acudir a las urnas son, junto a los catalanes, los españoles más remisos. El origen influye también la hora de acudir a votar, dependiendo de si son elecciones generales o autonómicas: Los inmigrantes participan en menor medida en los comicios autonómicos y más en las generales. En cambio, los nacidos en el País Vasco actúan a la inverso, explicó el catedrático.
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