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El Parlamento ruso debate hoy el plan anticrisis de Yeltsin

Sometido a una fuerte presión desde el Kremlin, la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) inicia hoy el debate del paquete de medidas anticrisis destinado a evitar la hecatombe financiera. El primer ministro, Serguéi Kiriyenko, lo defenderá ante los diputados. Los planes de éste y de su jefe directo, el presidente Borís Yeltsin, pasan por una aprobación rápida de las 26 leyes que deben reproducir el milagro de los panes y los peces. En su versión rusa, supone recaudar menos, gastar más, devolver la confianza a los mercados, recuperar la producción y, en definitiva, retirar a la economía del borde del abismo.La temperatura política en la Duma es de calma tensa. Incluso el presidente de la Cámara, el comunista Guennadi Selezniov, admite que la mayor parte de las propuestas pueden ser aceptadas, aunque el líder de su partido, Guennadi Ziugánov, asegura que utilizará la fuerza de su grupo, el más numeroso, para evitar que se apriete más el cinturón a la población. "Ya le han robado bastante en el pasado", remacha. Yégor Stróyev, presidente del Consejo de la Federación (Cámara alta), teórico aliado de Yeltsin, dice que se opondrá a los intentos de reducir el poder de las regiones.

Amenazas veladas

Yeltsin quiere, no sólo que su plan pase el examen del Parlamento, sino que lo haga rápido, antes de que los diputados se vayan de vacaciones, el 16 de agosto. Eso significa que deben darse prisa, y mucha, ya que las leyes necesitan ser aprobadas en tres lecturas. Si todo va bien para el líder del Kremlin y para Kiriyenko, el primer visto bueno debe producirse hoy mismo, aunque sea de forma muy general y dejando la puerta abierta a posteriores enmiendas.Sólo hay un motivo para que, a estas alturas, se considere posible que un Parlamento dominado por la oposición apruebe el plan del Gobierno: el miedo a que Yeltsin utilice la vía del decreto ley para saltarse su rechazo. Y miedo a que cumpla su velada amenaza de disolver la Duma si insiste en no aprobar sus planes.

La píldora es dura de tragar, pero puede que sea necesaria para que mejore el enfermo y para que el Fondo Monetario Internacional conceda un crédito extraordinario que podría superar los dos billones de pesetas. El programa recoge eliminar el IVA reducido, despidos masivos en la Administración, impuestos sobre la venta, lucha contra la economía sumergida y disciplina presupuestaria.

Todo sea para defender a la Bolsa, que ha perdido el 60% en el año, y para sostener al rublo, sometido a una tremenda presión devaluadora que el Banco Central ha tenido que combatir subiendo tipos hasta el 80%.

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