Diez empresas acaparan el 60% de todo el suelo urbanizable de Alicante, Valencia y Castellón
Una decena de empresas controlan directa o indirectamente el 59,2% de las grandes bolsas de suelo que las tres grandes ciudades valencianas, todas bajo signo del PP, han puesto en el mercado (12,5 millones de metros cuadrados) gracias a la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU), aprobada en 1994 por el anterior ejecutivo socialista de Joan Lerma. Hansa Urbana (controlada por la CAM), Litoral Mediterráneo-II, Ortiz e Hijos e Inmobiliaria Espacio son los beneficiarios en Alicante, y Lubasa, el grupo Xiob y Herederos de la viuda de Gimeno, en Castellón. En Valencia han tomado la delantera Lubasa, Edival y Urbem.
Si se suman las actuaciones, las tres ciudades suman en el mercado una cifra nada despreciable y que ha causado sorpresa entre los técnicos y expertos del sector que se han reunido recientemente en Santander. Una friolera de 12,5 millones de metros cuadrados liberados que se traducen grosso modo en casi 50.000 viviendas a construir a medio plazo y que no pasan desapercibidos a ojos de casi nadie: las críticas ya empiezan a arreciar desde la oposición y entre los promotores que se han quedado fuera. ¿Fuera? Para el gerente de los promotores valencianos, Benjamín Muñoz, los que se quejan ahora son aquellos que hicieron caso omiso de la ley de 1994 y a los que ahora les escuece "por tener que comprar a otros promotores". El impulso que ha sufrido la liberalización del suelo no viene caída del cielo. La LRAU es la causa principal debido a la inclusión de la figura del agente urbanizador, que permite entrar a gestionar grandes bolsas sin ser propietario y que ha provocado las alianzas y grandes batallas en estos últimos meses. De los 12,5 millones, que en el futuro serán más porque las tres ciudades tienen planes de crecimiento para el futuro, al menos 7,4 millones están bajo control directo o indirecto, según consta en la mayoría de casos en el Registro Mercantil, de un grupo de diez empresas que operan a lo largo de la Comunidad. En Alicante Hansa Urbana (un 51% en manos de la CAM), Litoral Mediterráneo-II, Ortíz e Hijos e Inmobiliaria Espacio aglutinan más de 4,4 millones de metros de los 7,5 que están en trámite. En Castellón sucede algo muy similar. Casi la totalidad del suelo está repartido entre Lubasa (del empresario Luis Batalla), los herederos de la viuda de Gimeno y José Luis Boix, del grupo Boix. En Valencia, la concentración es menor debido a su parcelación de terrenos. Pero el efecto de la LRAU ha permitido que la empresa de Luis Batalla haya desembarcado en Valencia, a la vez que también tienen fuerte presencia Edival, de Manuel Pujades y Urbem de José Pastor. Al menos tienen participación en 1,5 millones de metros cuadrados, que se dividen entre Ademuz, Avenida de Francia y Orriols, uno de los últimos planes de actuación que ha puesto en alerta a todo el sector, que espera la llegada de nuevo suelo en la continuación de la Avenidad de Francia para colmar sus expectativas. Fuentes del sector apuntan que este desembarco se debe a que "trabajan con los mejores técnicos" Según fuentes especializadas, se trata de una cifra, tanto la del desarrollo de suelo como la de la creación de viviendas, "desmesurada" y que viene provocada por el espectacular desarrollo de suelo que han iniciado los Ayuntamientos de Castellón y, sobretodo, de Alicante y de Valencia, todos del PP. Este último tiene aprobados o en trámite 46 planes de actuación para liberalización de suelo. Esta política ha sido muy cuestionada porque el consistorio tiene la potestad de ralentizar la creación de estas bolsas de suelo a medida que la ciudad demanda nueva vivienda. Al contrario, el Ayuntamiento de Valencia tiene toda la ciudad en marcha, desde la Avenida de Francia a Orriols, Malilla o Ademuz. Sin duda, esta política ha estado alentada por la LRAU socialista y por el efecto del agente urbanizador, que permite acceder al suelo sin ser propietario. Y con un curioso efecto: ha permitido el desembarco al mercado de empresas ajenas al sector de la vivienda. PÁGINA 3
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