Simplemente Axioma

Son más axioma que nunca. Carlos Góngora Sánchez y Gloria Zapata García encarnan un dúo de indudable valor en la historia del teatro andaluz, después de 25 años de actividad ininterrumpida, 18 espectáculos e infinitos quebraderos en la sombra para sembrar afición en Almería, una tierra con un enigmático y atractivo desierto como accidente geográfico y otro desierto descarnado en el mapa cultural. El cumpleaños de Axioma Teatro, que será festejado en la Feria de Palma del Río (Córdoba), es doblemente honroso. El grupo, uno de los cinco veteranos de la escena española junto a Joglars, Comediants, Dagoll-Dagom y La Cuadra, ha logrado subsistir como compañía profesional -nada fácil de por sí- y sobrevivir a la nada. "A nosotros nos cuesta todo el doble que a un grupo de Sevilla o Barcelona, aunque ahora tenemos la ventaja de que vende el nombre", aduce el director Carlos Góngora, autor de la mayoría de obras. Cuando empezaron, hace 25 años, todo era más fácil y divertido. Eligieron un nombre extraño para la farándula, inspirado en los principios axiomáticos que se empollaba Góngora entonces, y se lanzaron a arremeter contra los Principios Fundamentales del Movimiento con quiebros similares: "principios fundamentales e inalterables de la trayectoria descrita por un móvil en las coordenadas espacio-temporal". Las diferentes triquiñuelas no lograron evitar, sin embargo, que Axioma fuese castigada por "roja e inmoral", tras el atrevidísimo desnudo del tórax de Góngora, que incluso amagaba con desabrocharse el pantalón en una obra. "Había una ventaja respecto a ahora. Todo se hacía con amor y cariño. La Administración actual nos machaca: el 50% del grupo está dedicado a la parte administrativa". Los miembros de Dagoll-Dagom dieron el empujón definitivo para la profesionalización de Axioma. Sólo Carlos y Gloria aceptaron el reto en el 79; los demás renunciaron a seguir por ese camino. "Todo el mundo nos auguraba el peor de los destinos", rememora la actriz. Para colmo rizaron el rizo del atrevimiento al negarse a emigrar: "Quisimos imponernos el reto y luchar desde nuestra tierra". El grupo se lanzó a una doble tarea de producción propia y de crear afición. Montaron escuelas de teatro gratuitas, tomaron calles almerienses con espectáculos de animación, se lanzaron a recorrer pueblos minúsculos con sus montajes y promovieron, junto al Ayuntamiento de Almería, cuatro festivales. Axioma, a través de la operación Apolo, incluso rescató de su destino sindical al rehabilitado teatro Apolo para la farándula. En 1989 se truncó la colaboración con el Ayuntamiento de Almería. Con el PP no han mejorado las cosas: el último recuerdo es un plantón del concejal de Cultura, Esteban Rodríguez, poco interesado en sumarse al 25º aniversario de la única compañía profesional de teatro que ha tenido Almería. Pero Góngora y Zapata siguen en sus trece: "Axioma está por encima de los políticos. Tenemos el apoyo de la gente". El grupo, formado por 17 personas, está volcado en un proyecto sin parangón en Andalucía: montar un centro de producción multidisciplinar, con cabida para el teatro, la danza, los títeres o la música. "Después de 25 años uno puede pensar que crecer es muy fácil, pero lo importante es crecer hacia dentro, buscar las propias raíces". El centro irá ubicado junto a la nave de mil metros cuadrados, edificada por el grupo en el barrio de Los Molinos y donde se cuece todo: ensayos, vestuarios, decorados, música.. Otra de sus señas de identidad: el carácter artesanal y de producción propia de todo lo que rodea cada obra. En esta factoría habita el alma y el cuerpo de Axioma.