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El sondeo del CIS confirma que la elección de Borrell supuso un vuelco electoral a favor del PSOE

Javier Casqueiro

MadridLa elección de José Borrell en las primasrias socialistas fue, según el barómetro político elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas en abril, muy rentable electoralmente para el PSOE. El barómetro del CIS, cuyo trabajo de campo se inició al día siguiente de las primarias socialistas y en la víspera de la entrada de España en el euro, considera a Borrell el político más valorado por los ciudadanos, muy por delante de José María Aznar. El PSOE se coloca así en cabeza en estimación de voto. Hace tres meses, el PP le sacaba 4,1 puntos al PSOE en esa estimación del voto. Ahora es el PSOE quien aventaja en 1,8 puntos al PP. El efecto Borrell ha abierto pues una brecha electoral de casi seis puntos entre PP y PSOE

El Gobierno y el PP, que presumían de la lenta pero implacable tendencia a su favor de la estimación de voto, achacaron ayer el varapalo constatado en el barómetro del CIS a un acontecimiento "coyuntural" -las primarias socialistas- que consideran ya superado y amortizado.El Ejecutivo ha esperado a los resultados del barómetro político del CIS de abril, presentado ayer, para admitir que el efecto Borrell existió, fue "ilusionante" y hasta "eufórico", aunque pasajero. Hasta ayer negaban que las primarias socialistas tuvieran el menor impacto en los votantes.

El portavoz de la Ejecutiva Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, subrayó el "espaldarazo" a su candidato, la buena clasificación del secretario general del PSOE entre los líderes -queda en segundo lugar, tras Borrell, pero por delante de Aznar-y, sobre todo, el "trastazo" para el PP y para el presidente del Gobierno. El diputado de IU Felipe Alcaraz valoró el mantenimiento de las expectativas para su formación frente "al tifón primarias, el tifón Borrell y el tifón euro".

El sondeo del CIS, realizado a finales de abril, refleja que tanto en intención directa de voto (escenario que presume que las elecciones se podrían celebrar al día siguiente de realizarse la pregunta), como en intención más simpatía (cuestión que mide también el agrado hacia un partido), como en estimación de voto (donde se proyectan ésos y otros datos sobre un hipotético resultado electoral) el PSOE vence ahora al PP holgadamente. Hace sólo tres meses ese panorama era justo el contrario. El PP ha dilapidado en este periodo entre 3,4 y 2,5 puntos en todas esas mediciones y el PSOE ha ganado entre 2,3 y 3 puntos.

Tras meses y meses en los que el Gobierno apenas lograba despegarse del principal partido de la oposición, los dirigentes populares aseguraron entonces -en febrero, cuando se presentó el sondeo del CIS de finales de enero- que "abrían brecha electoral" con el PSOE porque se distanciaban de ese partido en estimación de voto en 4,1 puntos. Éste es justo el parámetro que necesita más elaboración (cocina) por parte de los expertos demoscópicos del CIS. Los dirigentes populares rompían así el frustrante "empate técnico" que les perseguía desde el inicio de la legislatura, cuando el PSOE apuntó un cierto despegue.

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El PSOE gana ahora al PP en un 1,8 puntos en esa estimación electoral, en 3,6 puntos en voto directo y en 4,3 puntos en intención de voto más simpatía.Desde el Gobierno se habla ahora de empate técnico. Sobre la "brecha electoral" se recuerda que no es la primera vez que se producen "oscilaciones coyunturales" tan llamativas y se remontan a 1990 cuando, tras el primer Congreso del PP con Aznar como presidente, este partido recortó de golpe nueve puntos.

El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, que pasó ayer el trago de ofrecer estos negros vaticinios, sostuvo incluso que la "lluvia fina" que Aznar defiende como estrategia electoral sigue dando buenos resultados. Michavila se parapetó para mantener ese argumento en que la gestión del Ejecutivo, política y económica, es la mejor considerada de la década de los años 90. Sin embargo, hasta en esa casilla el Gobierno desciende casi tres puntos (2,9) entre los que opinaban bien o muy bien de su labor con respecto al anterior sondeo político del CIS, con el agravante de que son 1,5 más los encuestados que catalogan su trabajo como malo o muy malo.

Con todo, en el Gobierno y el PP siguen confiando en que la tendencia positiva que les favorecía hasta el efecto Borrell se recuperará en el próximo sondeo, cuando se haya evaporado totalmente el impacto de las primarias tras registrarse en las encuestas lo sucedido en el debate del estado de la Nación. Aguardan que el presunto batacazo de Borrell en ese debate amortigüe todo el beneficio que acaparó durante las primarias. Y esperan que ayuden a esa labor de recomposición del apoyo al PP las actuales refriegas en el PSOE. Argumentan que la mayoría de los encuestados, además, sabe que no hay elecciones generales ni siquiera en perspectiva. Así lo destacaron Michavila, el portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, y varios ministros.

"Respirico"

Michavila intentó ofrecer ayer la imagen de que al Ejecutivo que preside Aznar no le importa demasiado "ganar en las encuestas". Dijo que prefieren trabajar por el bienestar de los españoles. Eso sí, confirmó públicamente que el PSOE generó con las primarias un "clima positivo que movilizó el voto socialista frustrado". Para Michavila, sin embargo, "ilusiones sin soluciones provocan vacío", en alusión a la falta de alternativas que en el PP aprecian en el PSOE. El secretario de Estado deseó al PSOE que aproveche "este respirico" para recomponerse como alternativa.El sondeo del CIS mide también, en diversos aspectos, el impacto de las primarias y el efecto Borrell. El 34,8% de los sondeados admite que siguió las primarias socialistas con mucho o bastante interés, aunque el 64,9% dice que le concedió poca o ninguna atención. Sin embargo, el 82,1% acierta al responder el ganador en las primarias y a un 48,5% esa elección le parece bien frente a un 18% a los que le parece mal.

Más complicado de explicar para los responsables del PP resulta la calificación del presidente del Gobierno respecto a los demás líderes. La calificación de Aznar es la que más bajó. También disminuyó la confianza que el presidente despierta.

Aznar no sólo es superado en esa tabla de notas por Borrell, que logra el primer puesto en la valoración de líderes hasta ahora propiedad de Felipe González, sino que desciende al tercer lugar, detrás de Almunia. Borrell obtiene una puntuación de 5,57, Almunia un 5,19 y Aznar un 4,77. Josep Antoni Durán se coloca el cuarto por delante de Julio Anguita.

Michavila aseguró ayer que Felipe González ha sido excluido de esa tabla por decisión de la directora del CIS, Pilar del Castillo, tras el nuevo organigrama de mando vigente en el PSOE. Apuntó que el PSOE había sido consultado. Alfredo Pérez Rubalcaba negó haber dado el visto bueno a esa decisión.

Sólo dos ministros del Gabinete de José María Aznar logran el aprobado, Jaime Mayor Oreja (5,6) y Abel Matutes (5). Otros dos se encaraman por delante del propio Aznar, Rodrigo Rato y Javier Arenas (4,9). El vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, se afianza en la última posición con un 3,9.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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