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Todos los partidos, menos el PP y CDC, a favor de las primarias

Enric González

Todos los partidos catalanes, salvo Convergència Democràtica (CDC) y el Partido Popular, se declararon ayer favorables a la práctica de elecciones primarias internas, durante un debate del ciclo Cataluña Segle XXI celebrado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Significativamente, fueron los dos partidos actualmente de gobierno (CDC en Cataluña y el PP en el resto de España) y con líderes consolidados (José María Aznar y Jordi Pujol) los que rechazaron el uso sistemático de primarias para elegir a sus candidatos. Felip Puig, secretario de organización de CDC, consideró que las primarias podían tener un cierto futuro en España, pero tenderían a convertirse en "un instrumento de renovación y publicidad para los partidos en la oposición" y opinó que, en cualquier caso, respondían a un modelo norteamericano, "muy alejado del europeo". El primer secretario del Partit dels Socialistes (PSC), Narcís Serra, opinó por el contrario que las primarias constituyen un primer paso hacia la imprescindible renovación del sistema político español. "Las primarias son un primer paso; más allá, hay que crear organizaciones de simpatizantes que superen en número a los propios militantes, hay que separar a los empleados del partido de los cargos electos; hay que limitar los mandatos y la acumulación de los mismos, y transformar el antiguo concepto de partido de masas en partido de electores". Serra reveló que las primarias socialistas habían permitido detectar que el censo de militantes estaba hinchado en al menos un 15%. El debate, moderado por el periodista Andreu Claret, fue de una corrección exquisita. Serra opinó que ese mismo debate hubiera sido muy agrio de celebrarse en Madrid. El único roce fue precisamente el que se produjo entre el representante de CDC, Felip Puig, y el de Unió Democràtica, Jordi Casas. Los dos miembros de la coalición CiU se lanzaron algunos dardos dialécticos sobre el nivel de democracia interna de la coalición. En su crítica al sistema de primarias, Puig esgrimió el dato de que Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (IC), los dos partidos más veteranos en este tipo de práctica, eran los que padecían con más frecuencia conflictos internos. También recordó la crisis desatada en la antigua Alianza Popular con el proceso de democracia interna que llevó a la dirección a Hernández Mancha y desembocó en la refundación del partido en 1985. El representante del PP, el secretario de Acción Electoral, Miguel de Izaguirre, se mostró de acuerdo con Puig y consideró que su partido tardaría lo máximo posible en repetir la experiencia de unas primarias.

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