La Casa de la Panadería recobra los tres arcos del Salon Real
Rectificar es de sabios. El Ayuntamiento de Madrid ha decidido cambiar su anterior decisión de mantener sellados los arcos que enmarcaban el Salón Real de la Casa de la Panadería. Los arcos fueron descubiertos fortuitamente durante la rehabilitación parcial de la estancia, que albergó la Corte de los Austrias, pero fue troceada en espacios distintos. La apertura de los arcos comunicará los dos espacios y permitirá la ulterior rehabilitación de todo el Salón Real, según el concejal Sigfrido Herráez.
Los tres arcos de alto valor histórico del Salón Real de la Casa de la Panadería de la plaza Mayor de Madrid serán abiertos en fechas próximas, contrariamente a la inicial decisión municipal de sellarlos, según informó EL PAÍS el pasado 28 de enero. La noticia fue confirmada ayer por Sigfrido Herráez, concejal de Vivienda, y responsable de la Empresa Municipal de la Vivienda, que rehabilita el conjunto histórico con financiación de Cajamadrid. Los arcos que van a ser abiertos permanecieron ocultos, o bien con otras funciones, a lo largo de cuatro siglos, de tal manera que impidieron descubrir las dimensiones y la disposición exacta del Salón Real.
Corte de los Austrias
La importancia de este espacio reside en que fue sede de la Corte de los Austrias entre 1598 y 1700 y lugar natural donde los monarcas de aquella dinastía administraban justicia, recibían al pueblo de Madrid y presenciaban fastos. Con posterioridad, durante los siglos XVIII y XIX, dio cabida a varias Reales Academias y, ya en nuestro siglo, a varias dependencias municipales.Bajo un paramento se escondía la robusta conexión porticada entre las dos zonas del escenario de la que fuera Corte madrileña. La zona anterior, denominada Cuarto Regio, era una sala reducida con vistas a la plaza Mayor, espacio al cual se había ceñido inicialmente la rehabilitación acometida por la EMV.
La zona posterior, situada tras el muro que escondía los arcos, permanece ocupada por una biblioteca municipal con mobiliario propio y sin concomitancia estética alguna con el Cuarto Regio. Sin embargo, en el curso de las obras de rehabilitación de la zona anterior, el hallazgo casual y el posterior cotejo de una fotografía encontrada en una antigua edición bibliográfica sobre mitología en la decoración madrileña permitió averiguar que bajo aquel paramento se ocultaban las tres arcadas que sellaban el paso entre las dos zonas y cegaban el Salón Real. "Haremos practicables los arcos con sus molduras", informa Herráez. "La idea es restablecer la circulación entre las dos zonas del Salón y plantear, a medio plazo, su recuperación completa". La nueva fase será encomendada al mismo equipo rehabilitador.
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