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La plaza de Medicina se hunde sobre la línea 6 del metro

La plaza de Ramón y Cajal, rehabilitada en 1996, frente a la Facultad de Medicina de la Complutense, presenta una depresión de unos 25 centímetros de profundidad justo encima del túnel de la línea 6 del metro. El terreno, mal compactado, se ha ido hundiendo, lenta pero inexorablemente, de modo que ya se adivina en la superficie la forma del túnel que discurre a 27 metros de profundidad. La Complutense y la Comunidad se echan la culpa mutuamente, aunque esta última será la que afronte la reforma.

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El tramo en el que han surgido los problemas corresponde al cierre de la línea 6, entre Ciudad Universitaria y Laguna.La anterior Administración regional (con gobierno socialista) lo inauguró el 10 de mayo de 1995, 18 días antes de las elecciones autonómicas y municipales. La obra se realizó a cielo abierto -por entonces aún no se había producido el desembarco de las tuneladoras- y luego se cerró con relleno artificial, comprimido con máquinas compactadoras.

Menos de tres años después, el terreno ha dado de sí. Y lo ha hecho de forma clamorosa. La Consejería de Obras Públicas comenzará los próximos días a reparar los desperfectos, para lo cual tendrá que levantar el terreno hasta un metro de profundidad, establecer una capa impermeable de arcilla, rellenar de nuevo y replantar los árboles y arbustos de la superficie. El zurcido puede costar unos 15 millones de pesetas.

El director técnico de la línea 6 -y hoy responsable de la ampliación de la línea 7-, el ingeniero Jesús Trabada, explica así su visión del problema: "Una vez finalizado el metro, la Complutense rehabilitó la plaza con nuevos jardines. Pues bien, su red de riego presenta roturas por todas partes, ha estado saliendo agua a borbotones y el terreno se ha acabado resintiendo".

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Según esta lectura, la Comunidad no tendría por qué asumir la responsabilidad de la reparación. Pero lo hará. "No queremos dar mala imagen. Sería muy negativo que los ciudadanos acabaran pensando que el metro es una fuente de problemas irresolubles en el futuro", argumentó Trabada.El vicegerente de Obras de la Complutense, José María Carrión, tiene una visión bien distinta. "Por lo que parece, la Comunidad quiere echar la culpa de los problemas de una línea que discurre a 27 metros de profundidad a una red de riego instalada a menos de un metro de la superficie", resaltó.

Carrión reconoció que el conflicto pasa por "discutir sobre qué fue antes, si el huevo o la gallina".

Y concluyó: "No vamos a entrar en disputas, pero sí haré dos consideraciones: una, 1996 fue el año más lluvioso del siglo; y dos, la universidad desempeña aquí el papel de sufridora,así que espero que esto se solucione cuanto antes".

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