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La ley protege especialmente la información sensible

La Ley de Protección de Datos (LORTAD) señala que sus disposiciones no serán de aplicación a partidos políticos, sindicatos, iglesias, confesiones y comunidades religiosas. Sin embargo, advierte que los datos de sus asociados miembros o ex miembros sí quedan sometidos a lo dispuesto en el artículo 11 y al artículo 7 si se trata de datos personales contenidos en este último artículo.El artículo 11, en el apartado 1, dice que "los datos de carácter personal objeto de tratamiento automatizado sólo podrán ser cedidos para el cumplimiento de fines directamente relacionados con funciones legítimas del cedente y del cesionario, con el previo consentimiento del afectado".

El artículo 7, que se refiere a datos especialmente protegidos, dice en su apartado 1: "De acuerdo con lo establecido en el apartado 2 del artículo 16 de la Constitución, nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

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"Cuando en relación con estos datos se proceda a recabar el consentimiento a que se refiere el apartado siguiente, se advertirá al interesado acerca de su derecho a no prestarlo".

En el apartado 2 se dice: "Sólo con consentimiento expreso y por escrito del afectado podrán ser objeto de tratamiento automatizado los datos de carácter personal que revelen la ideología, religión o creencias".

La ley considera infracción grave "la comunicación o cesión de datos de carácter personal" o "recabar y tratar de forma automatizada los datos de carácter personal a que se refiere el artículo 7", así como la "vulneración del deber de guardar secreto" sobre este tipo de datos. Las sanciones van desde los 50 millones una peseta a los 100 millones.

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La operación puesta en marcha por IU choca con estas disposiciones, tanto por la ausencia de autorización previa de los afectados como por ceder datos en los que la simple afiliación a IU está revelando la ideología de los afectados. Además, la demanda de la afiliación sindical es un dato ideológico del que no se advierte al militante de su derecho a no darlo.

Sospechas

Precisamente de los datos que se piden en la tarjeta ha despertado sospechas especiales el de afiliación y cargo sindical. Dada la mala relación que la dirección federal de IU mantiene con las centrales obreras, ha hecho pensar a algunos militantes que, a través de esta iniciativa, se esté intentando saber su grado de implantación en los sindicatos.Otro aspecto que ha levantado ampollas es que la dirección haya empleado los censos que cada federación ha remitido exclusivamente para determinar el peso de cada una en la organización, la representación en las Asambleas o su contribución económica. IU no es un partido, sino una organización en la que hay distintas fuerzas -Pasoc, Izquierda Republicana o federaciones con personalidad jurídica propia- por lo que es dudosa su legitimidad para ceder estos datos a Eurobroker.

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