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Indignación en IU por la cesión a una empresa privada de datos confidenciales de sus afiliados

Militantes de Izquierda Unida (IU) han amenazado con presentar una denuncia ante la Agencia de Protección de Datos al comprobar que sus datos de afiliación han sido entregados por la dirección federal de IU, sin su autorización, a una empresa privada contratada para actualizar los archivos de la coalición. Los militantes han recibido en sus domicilios una tarjeta de esta sociedad en la que se les piden datos del ámbito de su intimidad (estudios, profesión, affliación y cargo sindical, teléfono, dirección, fax). La iniciativa ha sido autorizada por la secretaría de organización, cuyo titular es Pedro Granados.

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Posiblemente sea la primera vez en la historia, señalan fuentes de IU, en que una organización política pone en manos de una empresa privada los datos confidenciales -nombre, dirección, profesión, etcétera- de sus afiliados. "Cuando el 23-F, lo primero que hizo el PCE, por ejemplo, fue salvar el archivo de sus militantes, como debe ser", señalan estas fuentes. "Hoy nuestra dirección ha cedido datos confidenciales a una empresa de la que nada sabemos y que puede hacer como Telefónica, traficar con ellos, y, sobre todo, está poniendo en peligro nuestra propia seguridad. Y aunque sólo fuera una torpeza de la dirección, es inadmisible".La tarjeta que han recibido los afiliados de IU en sus domicilios -Respuesta Comercial. Autorización número 15.033- lleva el anagrama de IU y debajo el nombre de una sociedad denominada Eurobroker Hardware, lo que también se considera un hecho insólito en la organización. A esta empresa, que trabajó para el Ayuntamiento de Madrid, un juzgado le embargó sus honorarios para hacer frente a los pagos de la Seguridad Social de sus empleados, tal como consta en el Ayuntamiento madrileño. Otras fuentes municipales señalan que la sociedad tuvo problemas con el consistorio por asuntos relacionados con el tratamiento de sus datos.

Por si fuera poco -y se supone que para ahorrar dinero-, el cuestionario ha sido remitido a los militantes de IU aprovechando una carta del coordinador general, Julio Anguita, en la que se explica la campana por la jornada de 35 horas semanales, lo que puede dar lugar a confundir a los afiliados haciendo ver que Anguita ampara la operación. La tarjeta, según la documentación recibida en el buzón de cada afiliado, se remitirá después no a cualquiera de las direcciones oficiales de IU, sino a un apartado postal -441.F.D 28080 Madrid- y a nombre de Izquierda Unida Eurobroker Hardware.

La indignación entre los militantes de IU se ha materializado en llamadas de protesta a la sede federal y en los intentos de algunos dirigentes de hacer llegar al propio Anguita que esta iniciativa era "una locura claramente ilegal". Estas fuentes no entienden que datos sensibles hayan sido facilitados a una sociedad privada y que, encima, se pida su actualización y se envíen a una empresa sobre la que no existe control alguno del uso que pueda hacer de ellos. Alguno de los afiliados han amenazado con denunciar esta práctica ante la Agencia de Protección de Datos.

Su preocupación es que se les pide que la respuesta al cuestionario se haga por el sistema de franquear en destino, en tarjeta sin sobre alguno. "Nuestros datos pasarán por decenas de personas que pueden copiar o fotocopiar las tarjetas y su contenido. Es una locura", comentaba un militante de IU. El riesgo es mayor en algunas federaciones o localidades donde ser militante de izquierdas no es precisamente algo bien visto y donde siempre se ha puesto especial cuidado en proteger informaciones como la dirección o el teléfono de los afiliados.

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También existe el temor de que Eurobroker Hardware termine por utilizar los datos que recoja para comerciar con ellos, como intentó hacer Telefónica.

"Nadie nos puede garantizar que esta empresa no termine vendiendo nuestros datos a nuestros adversarios, a una organización extremista o a unos grandes almacenes. Aunque sea una empresa contratada para gestionar la actualización del fichero, ¿quién nos asegura que no ha copiado ya todos los datos?". No hay en la tarjeta ninguna explicación, salvo un somero "gracias por actualizar los datos". La indignación detectada en el seno de IU no es sólo por la vulneración de los derechos a la confidencialidad de este tipo de información, sino también porque supone una injerencia de la dirección federal en cada una de las federaciones y por el ",abuso de confianza de los afiliados", a los que no se ha consultado sobre su cesión a terceros.

La puesta en marcha de esta operación fue autorizada, según fuentes de IU, por la secretaría de organización. Pero su inspirador no ha sido su titular, Pedro Granados. Fuentes de IU han señalado como autor de la idea a Gregorio Díaz Dionis, persona de confianza de Granados y en cargado de formar el Centro de Documentación de IU.

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