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Pánico en las pastelerías

El rumor sobre la quiebra de una cadena de repostería de Hong Kong precipita a la gente a las confiterías

La crisis, financiera asiática tiene a veces desarrollos inesperados. El pasado 20 de noviembre, la cadena japonesa de grandes almacenes Yaohan decide, tras dos años de pérdidas, cerrar sus nueve establecimientos de Hong Kong. Esto tiene un tremendo impacto sobre el territorio: 1.800 personas se encuentran de repente en la calle, sin preaviso ni indemnización por su despido. Y además salta el rumor de que la cadena de pastelerías Saint Honore Cake Shop, antaño filial del grupo Yaohan, se va a ver obligada tambien a echar el candado a la puerta, lo que desata el pánico y la fiebre por canjear los bonos de compra de pasteles.Apenas cerró la Bolsa al mediodía del lunes, miles de personas se precipitaron sobre las 47 pastelerías del territorio. En North Point, en la isla de Hong Kong, estanterías vaciadas acaban por los suelos ante el, tropel de gente inquieta que esgrime pequeños carnés rojos. ¿Por qué ese miedo? Temen perder sus bonos de compra de pasteles, de 850 pesetas cada uno, que se utilizan para regalos de boda y aniversarios o que se consiguen como bonos que los establecimientos dan a sus clientes mas fieles. Los chinos de Hong Kong enloquecen con las golosinas. El número de pastelerías se ha multiplicado por tres en los últimos 10 años.

La empresa trata de tranquilizar a sus clientes y presenta su empresa como solvente y libre de deudas. Incluso anuncia que abrirá un nuevo establecimiento en diciembre.

"¿Cómo puedo saber si eso es cierto?", dice alarmada Fanny Cheung, un ama de casa que hace cola en una de las confiterías de North Point. "Hace muy poco tiempo, la empresa Yaohan decía que no existía ningún temor hacia su futuro, y ya ve lo que ha ocurrido. La economía no va bien. No tenemos ninguna confianza", añade, por su parte, Tina Ng Li King-oi, una joven que tiene miedo de no poder canjear sus 30 cupones que recibió como regalo de boda. "Es una consecuencia de la unión con China", arriesga a decir otra recién casada. "No tenemos confianza en China".Para no perder sus preciosos cupones, amas de casa, padres de familia arramblaron con todo: grandes pasteles de aniversario, tartaletas de huevo, mazapanes, chocolatinas, bollos...

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