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La prensa vincula las actividades de Gore con grupos de presión de EE UU

"Su participacion en este programa les dará un lugar especial y significativo en la agenda del vicepresidente", escribió el 1 de mayo de 1995 Peter Knight al presidente de Molten Metal Technology, una pequeña empresa de reciclado de Massachussets. Knight era por aquel entonces consejero de Al Gore y jefe de su equipo de recaudadores electorales; el "programa" en el que participaba Molten Metal Technology era la recogida de 50.000 dólares para las arcas de la campaña del vicepresidente.Bob Woodward, uno de los dos reporteros que investigaron el caso Watergate, publicó ayer esta historia en la primera página de The Washington Post. El periodista informó que, en aquella época, Kníght no sólo era el brazo derecho de Gore para asuntos de financiación electoral, sino un lobbysta que defendía en Washington los intereses de varias empresas norteamericanas, entre ellas Molten Metal Teclinology. La empresa de Massachusset le pagaba por ello un salario mensual de 7.000 dólares (un millón de pesetas) más la oportunidad de comprar a buen precio sus acciones.

"Puedo asegurarles", proseguía la carta de Knight del 1 de mayo de 1995, "que su pronto y generoso compromiso no será olvidado". Gore, de hecho, visitó en la primavera de aquel año la factoría de Molten Metal Technology y la puso como un ejemplo de la política de protección del medio ambiente que él impulsa.

Tufo molesto

La historia de Knight es una más de las muchas contadas en los últimos meses en relación a las irregularidades de la recaudación de fondos electorales para la campana que condujo a la reelección de Clinton y Gore. Como la mayoría de las demás, quizá no sea ilegal de acuerdo con las laxas leyes norteamericanas en esta materia, pero, también como las demás, desprende un tufo molesto.

Mientras que la investigación del comité del Senado sobre el escándalo daba ayer muestras de agotarse, la abierta por la fiscal general, Janet Reno, se perfilaba como la más peligrosa potencialmente para Clinton y Gore. Las llamadas telefónicas efectuadas desde la Casa Blanca para solicitar cheques rozan- la violación de una ley norteamericana de finales del siglo XIX que prohibe el uso de edificios del Gobierno federal para todo lo relacionado con la demanda y entrega de fondos electorales.

Reno recomendó ayer a Clinton que no le proponga que se entrevisten para hablar del estado de las investigaciones. La fiscal general respondía así a unos comentarios hechos por el presidente durante su gira por América del Sur en los que lamentaba "tener poco contacto" con Reno y se declaraba dispuesto a reunirse con ella, e incluso a someterse a un interrogatorio. Según la fiscal general, esa falta de comunicación es lo ortodoxo en la actual fase del procedimiento.

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