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Pujol reclama un "cambio radical" del sistema de financiación autonómica a partir del año 2001

Los nacionalistas catalanes lanzarán en 1998 una campaña dentro y fuera de Cataluña con el propósito de conseguir un "cambio radical" del sistema de financiación autonómica. Jordi Pujol reiteró ayer en el debate de política general del Parlament su deseo de que a partir del año 2001, fecha de caducidad del sistema actual, Cataluña disponga de un modelo de financiación similar al del País Vasco. Pujol abrió el debate parlamentario, que concluirá mañana, con un discurso rebosante de complacencia e inusualmente desprovisto de victinismo, que la oposición descalificó por "triunfalista". El presidente catalán evitó referirse de modo explícito a su pacto con el PP, pero todo su discurso fue, en esencia, una justificación de esa alianza.

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Jordi Pujol ve a veces la política como un partido de fútbol. Lo importante es meter más goles que el contrario y ganar el en cuentro. Y si además el juego agrada a la afición propia, me jor. Si al final ganas, poco importa si el árbitro te ha pitado varios fuera de juego o te ha castigado con alguna tarjeta amarilla. Pero el problema de Pujol es que, además de ganar el partido, aspira a que la afición (le los de más equipos reconozca que la victoria se debe a la bondad del juego practicado, no a la suerte ni, mucho menos, a la ayuda del árbitro.Como Enrique III de: Navarra -el hugonote que en 1593 se con virtió al catolicismo para ser reconocido como rey de Francia-, el presidente de la Generalitat envió ayer a los catalanes el mensaje de que París bien vale una misa. Que los réditos financieros, y auto nómicos del pacto con el Partido Popular compensan las dificulta des de una relación incómoda del nacionalismo catalán con una de recha españolista que, pese a las esperanzas iniciales, ni se ha centrado ni ha asumido la plurinacionalidad del Estado.

La alianza con Aznar

Con astucia y habilidad, Pujol habló largamente de la bicha, pero no la mentó en ningún momento. No hizo ninguna referencia explícita a su alianza con José María Aznar, pero la esencia global del discurso fue una in confundible justificación del pacto CiU-PP. Así, al cantar las excelencias de la situación social y económica de Cataluña, destacó la importancia para llegar a dicho estado que ha tenido la capacidad de influencia de CiU so bre el Gobierno del PP. Merced a esta colaboración, abundó Pujol, la Generalitat ha conseguido la cesión del 30% del IRPF sin topes, mejoras en la fi nanciación de la sanidad, la su presión de los gobernadores civiles y el traspaso de las competencias de tráfico, entre otros objetivos no tan vistosos, como que el BOE publique también en catalán las leyes y los reales decretos.

El presidente catalán admitió que la financiación autonómica de Cataluña ha mejorado desde 1993, año en que CiU empezó a colaborar con el Gobierno de Felipe González, y de forma muy especial, precisó, desde que los nacionalistas suscribieron su actual alianza con el PP. Pero a renglón seguido afirmó contundentemente que el modelo financiero actual no es ni equitativo ni suficiente para cubrir las necesidades de Cataluña.

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"Cuando lo renegociemos [el presente sistema de financiación es válido para el periodo 1997-2001, ambos inclusive], propondremos un cambio mucho más radical del que en su día supuso la cesión de un tramo del IRPF". Con esta advertencia, Pujol reiteraba sin más detalles la pretensión ya anunciada por CiU de conseguir un modelo similar al concierto económico vasco; es decir, que la Generalitat recaude la totalidad de los impuestos que pagan los catalanes y luego transfiera al Estado una parte de la recaudación.

Con este objetivo, los nacionalistas lanzarán a partir de 1998 una campana explicativa "dirigida al Gobierno central, a la oposición, a las autonomías, a la opinión española y a la catalana". Pero entretanto, precisó Pujol, hay aspectos concretos que sí pueden negociarse sin cambiar la esencia del modelo de financiación vigente hasta el 2001. Y puso un ejemplo: la transferencia de los impuestos especiales, que gravan el consumo de alcohol, tabaco y carburantes.

El presidente catalán subrayó su deseo de revisar el concepto de solidaridad territorial, que a su juicio está desfasado. Aseguró que los desequilibrios internos en España no son mayores que en Europa y abogó por matizar la solidaridad con la introducción de conceptos como las necesidades, las posibilidades y los retos propios de cada territorio.

Lamentó Pujol una vez más que la negociación constante y permanente con el Gobierno central sobre reclamaciones de competencias o financieras esté perjudicando notoriamente la imagen de Cataluña en el resto de España. Y está sirviendo como pretexto para el lanzamiento de "interesadas campañas anticatalanistas".

Crítica a TVE

El presidente de la Generalitat aprovechó esta reflexión para disparar una andanada contra TVE por el debate celebrado la noche anterior en La Primera. El programa, dirigido por Luis Herrero y que inicialmente debía debatir sobre España, derivó en una agria discusión en la que el director y otros participantes se aplicaron a la descalificación de los nacionalismos vasco y catalán. "Sería bueno que TVE no fuera cómplice de campañas anticatalanas", avisó.En los antípodas de sus recurrentes discursos victimistas de años pasados, Pujol derrochó complacencia al referirse a la situación económica y social de la Cataluña actual, del mismo modo que tampoco escatimó optimismo al hablar sobre las expectativas de futuro. Cataluña, señaló Pujol, es la principal beneficiaria en España de la política económica dirigida a cumplir con los criterios de Maastricht.

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