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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Todos con ordenador

LOS PROBLEMAS de la educación pueden convertirse en el debate social de más calado en los próximos años; no en vano la sociedad del futuro dependerá cada vez más de los conocimientos que posean y sean capaces de utilizar los ciudadanos y las instituciones que la conforman. Dentro de ese debate ocupa un lugar especial todo lo que se refiere a la interacción entre escuela y nuevas tecnologías informáticas y de la comunicación. Si los ordenadores son, para muchos, algo más que herramientas imprescindibles en casi cualquier actividad profesional, y también, por tanto, en el propio proceso de aprendizaje, para otros, la adicción al ordenador, al vértigo de la navegación por Internet, o la posible superficialidad de una cultura basada en la imagen, más informativa que reflexiva, son peligros que acechan a los jóvenes,Tony Blair, cuya firme apuesta por la educación ha sido uno de los rasgos distintivos de su programa electoral, acaba de anunciar un ambicioso plan para dotar de ordenador personal y acceso a Internet a todos los escolares británicos en el plazo de cinco años. Los ordenadores son instrumentos útiles, sin los que no podrían afrontarse tareas hoy ya rutinarias. No puede sino aplaudirse una iniciativa que contribuirá a que todos los niños posean la necesaria cultura informática. En la edad escolar, la familiarización con los ordenadores hace que la relación con éstos sea ya para siempre natural y sencilla, sin los agobios y torpezas que caracterizan el uso del ordenador por las personas que han aprendido a utilizarlo en su madurez. Sin olvidar las posibilidades que los ordenadores conectados en red ofrecen para disponer de una enorme cantidad de información inaccesible por otros medios, especialmente en la escuelas rurales o alejadas de los centros de cultura y riqueza.

Pero el ordenador sólo puede concebirse como un elemento auxiliar en el proceso educativo, enormemente complejo, en el que tan importante o más que el conocimiento que se adquiere es el aprendizaje de modos de relación con los otros, la adquisición de hábitos de estudio y la formación intelectual de los jóvenes. Así, todas esas premoniciones acerca de la desaparición de los profesores en la sociedad del futuro, sustituidos por ordenadores inteligentes conectados a todas las fuentes de información imaginables, son ensoñaciones irreflexivas de gentes deslumbradas por las posibilidades de la informática o de hacer negocio con la informática.

Bienvenidos sean los ordenadores e Internet en las escuelas, siempre que ocupen el lugar que les corresponde en ese proceso educativo que cada vez es más complejo. Un medio más de estudio que no debe sustituir a los más tradicionales basados en la lectura, la escritura y el cálculo, sino complementarlos. Por esa creciente complejidad, es cada vez más necesario el concurso del maestro, su apoyo y orientación, en particular para ayudar al escolar a aprovechar las posibilidades de la informática cuando y como resulte conveniente, y no de un modo compulsivo e ineficaz. Para ello, son los propios maestros quienes deberían primeramente recibir formación y entrenamiento en el manejo de los nuevos medios.

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