Un nuevo terremoto siembra el pánico en Italia y causa mayores daños a obras de arte de Asís

Justo una semana después del doble terremoto que el 26 de septiembre se cobró once vidas y causó destrozos irreparables en el patrimonio histórico de la Umbría y Las Marcas, la tierra volvió a temblar ayer en la misma zona central de Italia provocando nuevos destrozos en obras de arte y viviendas y sembrando el pánico entre sus habitantes. Lo mismo que en el primer seísmo, fue la basílica de San Francisco, en Asís, una de las principales víctimas del temblor que alcanzó 5,1 en la escala Richter y provocó la caída de fragmentos del tímpano de la iglesia. Esta vez no hubo víctimas mortales directas, sólo cuatro heridos leves. Pero una vecina. de Foligno, un pueblo afectado, murió del infarto.

No se habían apagado los ecos de la polémica suscitada por la actuación de Protección Civil tras el doble terremoto del 26 de septiembre, que ha dejado a unas 32.000 personas sin hogar, cuando el nuevo seísmo registrado a las 10.55 de la mañana de ayer provocó la alarma en Italia central. Los vecinos de Asís y de varios de los pueblos en tomo al epicentro, que se situó nuevamente en la zona fronteriza entre la Umbría y Las Marcas, han abandonado casas y negocios. ante el temor de nuevas sacudidas. La de ayer se dejó sentir en un amplio radio desde la Toscana hasta el Lazio.

En Asís, donde apenas se había iniciado el recuento de daños causado por el anterior y más fuerte temblor, la sacudida afectó a varios edificios públicos, entre ellos la pinacoteca local, y el hospital. La basílica de San Francisco, del siglo XIII, joya gótica de la Umbría, volvió a sufrir de lleno el impacto del temblor y varios fragmentos del tímpano de la iglesia se precipitaron al suelo.

"Estabamos trabajando en el techo y, de repente, sentimos la sacudida, que fue menos intensa que la de la semana pasada pero, nos pareció más larga", comentó uno de los obreros que reparaban los destrozos de la basílica al informativo del Canal 5. La realidad, de acuerdo con los datos del Instituto Geofísico, es que el movimiento sísmico de las 10'55 fue casi de igual intensidad al del 26 de septiembre pero más breve. En Foligno, uno de los pueblecitos más afectados por el primer terremoto y donde centenares de personas duermen todavía en las tiendas de campaña levantadas por el Ejército y Protección Civil, el temblor derribó casi totalmente el campanario del Ayuntamiento. Una mujer falleció en Foligno a causa de un infarto.

Daños de consideración se registraron en el casco antiguo de Perugia, la ciudad principal de la Umbría, en la localidad de Camerino, en Las Marcas, donde se han registrado no menos de 36 temblores en las últimas 24 horas. En Colfiorito, Nocera Umbra y Serravalle del Chienti, donde una persona resultó herida leve, varios edificios ya dañados quedaron totalmente destruidos. El seísmo estuvo precedido de varios temblores la noche anterior.

Los expertos del Instituto Nacional de Geofísica intentaban convencer ayer a la población de la relativa normalidad de un fenómeno que cogió a todos por sorpresa, pese a la constante actividad telúrica que se ha venido registrando durante toda la semana en el centro del país.

El subsecretario de Protección Civil, Franco Barberi, acababa de recordar el mismo jueves ante un comité parlamentario que el "40% de la población italiana vive en una zona de alto riesgo sísmico".

Pese a la menor intensidad y consecuencias de esta última sacudida, el impacto ha sido mayor en el ánimo de los vecinos de Umbría y Las Marcas, que temen una reproducción del fenómeno en cualquier momento. Ocho días después del primer terremoto, todavía los expertos no se han puesto de acuerdo sobre el alcance en términos de patrimonio artístico, que tuvo el primer desastre. Lo único que parece seguro es que los daños más graves los ha sufrido el fresco de Los cuatro Evangelistas de Cimabue en la basílica de San Francisco de Asís y el conjunto de Los cuatro doctores de la Iglesia atribuido a Giotto, en el mismo templo. El famoso ciclo de San Francisco, los 28 cuadros de la vida del santo pintados supuestamente por el mismo pintor, se han agrietado considerablemente. Sí ha sobrevivido la Crucifixión de Cimabue, ya bastante dañada por el tiempo.