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ANULADO EL FALLO DEL 'CASO OTEGI'

El acusado mató a tiros a los dos agentes tras una noche de alcohol

Aurora Intxausti

Mikel Otegi Unanue tenía 23 años cuando la mañana del 10 de diciembre de 1995, después de trasnochar, ingerir un número indeterminado de consumiciones alcohólicas en Ordizia e Itsasondo y tener una violenta discusión en un bar con un ertzaina de paisano, subió al caserío Oteizabal, propiedad de su familia, y se acostó. Otegi se asomó después a la ventana y vio una patrulla de la Ertzaintza que se dirigía rutinariamente al caserío. Tras discutir con los agentes, cogió una escopeta de caza y realizó dos disparos que causaron la muerte a los ertzainas Iñaki Mendiluze y José Luis González Villanueva.

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La noche que se produjo el doble crimen un grupo de simpatizantes de Jarra¡ recorrió las calles de Ordizia en apoyo de Otegi. La Fiscalía de San Sebastián calificó los hechos de doble asesinato y pidió por cada uno de los delitos 26 años de prisión. Aprobada la Ley del Jurado, éste fue uno de los primeros casos juzgados por ese procedimiento. Sin embargo, los recursos presentados durante la instrucción por las distintas partes ralentizaron el proceso.Preseleccionados los 36 ciudadanos entre los que tenían que salir las nueve personas que debían enjuiciar a Otegi comenzaron las renuncias. Pocos eran los ciudadanos de Guipúzcoa que deseaban ser miembros del jurado del caso Otegi. Más de dos tercios de las 36 personas preseleccionadas presentaron excusas. Después de largas horas de interrogatorios, ocho mujeres y un hombre fueron elegidos para formar parte del jurado.El proceso se vio envuelto en rocambolescas situaciones. El jurado no quiso que sus rostros fuesen fotografiados, ni que sus voces se escuchasen ni que sus nombres quedasen registrados entre los documentos de este proceso. Y todas las peticiones fueron cumplidas sin oposición de nadie.

El primer día de la vista oral se produjo la reconstrucción de los hechos en el caserío Oteizabal, para lo que los jurados viajaron de San Sebastián a Itsasondo en un autobús, ocultos detrás de unas cortinillas. No hubo cámaras que pudiesen recoger cómo se produjo el doble crimen porque el jurado se negó a que les filmasen. Despúes, la actitud de los nueve jurados fue de absoluto, pasividad y en pocas ocasiones miraron al procesado. Otegi se confesó autor de los disparos, pero justificó su acción diciendo que se sentía víctima de una persecución policial.

Portavoces de Jarrai llegaron a decir que la muerte de los ertzainas se había producido por el acoso que padece la juventud en Euskadi por parte de la Ertzaintza.

El fiscal Luis Navajas calificó los hechos de dos delitos de asesinato y uno de atentado y pidió 56 años de prisión; la acusación particular 30 años por cada uno de los asesinatos; y el defensor de Otegi reclamó su absolución por no existir acto voluntario y concurrir la eximente de trastorno mental transitorio.

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Tras deliberar, el jurado pidió que no hubiese público en la sala ni ertzainas custodiando a Otegi. Y después dictaminó: "No culpable porque no era en absoluto dueño de sus actos". Dos horas más tarde, el reo abandonó la cárcel donde había pasado 15 meses.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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