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REPRODUCCIÓN: LUCHA CONTRA LA ESTERILIDAD

Citoquinas cuando ya es demasiado tarde

Preservativos, píldoras, vasectomía, ligadura de trompas, DIU... Ya sea el varón o la mujer, uno de los dos carga con el peso del método anticonceptivo para prevenir embarazos no deseados. Pero a veces ya es demasiado tarde y es cuando los expertos hablan de la anticoncepción llevada al último extremo: evitar que el embrión se pegue al endometrio de la madre cuando se ha realizado el coito sin protección. Se trata de un proceso regulado por hormonas, cuya presencia, en un momento determinado, incide en la implantación -es el caso de la antiprogesterona, conocida popularmente como RU 486 0 píldora del día después-.Utilizada únicamente en Francia como píldora abortiva, se sabe que puede impedir que el embrión se pegue al endometrio, pero al ser una hormona produce sangramientos anormales en la mujer. "Por eso estamos trabajando con sustancias no hormonales que reaficen la misma función sin ese inconveniente", señala Carlos Simón.

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Son una proteínas llamadas citoquinas, todavía en fase de estudio para esta aplicación. "Lo ideal sería poderlas aplicar localmente, en forma de pastillas vaginales, durante periodos de 4 o 5 días", explica.

Fijando en 28 días el ciclo de una mujer regular, el máximo riesgo de embarazo se produce hacia la mitad del ciclo, cuando se produce la ovulación. Una vez que el espermatozoide ha fecundado al óvulo, entre los días 18 y 22 tiene lugar la llamada ventana de implantación, que es cuando el embrión amenaza con pegarse al endometrio materno.

"Si aplicásemos las citoquinas en la vagina durante esos días, habríamos solucionado el problema, evitando el efecto de cola de pegar", concluye Simón.

La esterilidad en la especie humana obedece a causas muy diversas, el 85% de las cuales se puede determinar, mientras que el 15% restante es de origen desconocido. Lo cierto es que sea cual sea su origen, todos los casos pueden ser tratados con grandes posibilidades de éxito, gracias a los últimos avances en reproducción. Lo que es innegable, como se puso de manifiesto en el simposio, es que tanto la cantidad como la calidad del esperma en el varón se ha visto reducida de una generación a otra.

Realidad o ficción, lo cierto es que los expertos apuntan a un leve deterioro de los factores agroalimentarios, sin olvidar las causas relacionadas con el estrés y el ritmo agitado de la vida en la ciudad.

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